Vistas de página en total

miércoles, 17 de marzo de 2010

curiosamente Anamar, o sea Ana María Campero de Romero por cuya imagen Evo ganó a la clase media, al parecer ya está fuera del juego...


Corren algunos rumores respecto de la señora Ana María Romero, elegida como senadora por el departamento de La Paz en las elecciones de diciembre de 2009. Su última actuación pública fue asumir la Presidencia del Senado luego de una tensa disputa interna por la nominación a dicho cargo. Al poco tiempo fue internada en una clínica y superó con éxito una intervención quirúrgica. Luego se conoció que la señora Romero había solicitado licencia indefinida a su cargo de representante nacional.

El contenido del rumor se estaría confirmando por decisiones que va adoptando la Asamblea Legislativa Plurinacional.

El primer comentario de café fue la existencia de discrepancias entre Ana María Romero y el Presidente; después sobrevino el asunto del deterioro de la salud y la posterior solicitud de licencia, como una salida honorable a los entredichos. Independientemente de si existió el impasse entre los presidentes del Estado y de la Cámara, lo cierto es la ausencia indefinida de la señora Romero de los debates y decisiones que va tomando la Asamblea. Aceptada la licencia indefinida, se conoció la destitución del Oficial Mayor del Senado, designación que había realizado la señora Romero. La pregunta es: ¿si la Presidenta del Senado retorna a la dirección de la Cámara, restituirá en su cargo al Oficial destituido?

Lo importante y lo principal es que se restituya plenamente la salud de la señora Romero y retorne lo antes posible a la Directiva del Senado y participe en el proceso de cambio y construcción del Estado Plurinacional.

Anamar, durante la campaña electoral, los ciudadanos confiaron en usted y en su optimismo acerca de que era posible el diálogo y la concertación entre los distintos sectores del país y el Gobierno. Durante su ausencia, tal vez usted no está siguiendo las noticias, la Asamblea viene demostrando una gran habilidad para aprobar normas que están instaurando un régimen del terror. Las clases medias y las élites que tuvieron algún tipo de responsabilidad política en los últimos 25 años de democracia son las que más sienten su ausencia en el debate y en la aprobación de leyes, pues hacen falta mesura y equilibrio en un espacio político que lo que va destilando es rencor, revancha, miedo y escarmiento. Las normas hasta ahora aprobadas y las que se debaten ceden atribuciones y competencias al Órgano Ejecutivo, produciendo con ello una peligrosa concentración del poder. La Asamblea sanciona normas sin reparar en las observaciones que realizan tanto la oposición como la opinión pública.

Los que más sienten la ausencia suya en el Senado, señora Romero, no son los correligionarios de partido, sino la ciudadanía. Los primeros esperan que usted no retorne nunca a la Asamblea y el resto cuenta los días para que usted asuma sus responsabilidades como representante de la cordura, de la sensatez, del diálogo, de la concertación y de los derechos ciudadanos y humanos. Aquellas sencillas cosas que usted ofreció durante la campaña.

La bancada política de la que usted forma parte, Anamar, elabora normas que parecen finos escalpelos para destazar adversarios y el Estado Plurinacional está cobrando la apariencia de un cadalso y perdiendo la cualidad de ser un espacio colectivo, de identidad, pertenencia, convivencia y construcción pacífica del futuro, para todos los bolivianos.

ccordero@estudiosdemocraticos.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario