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miércoles, 27 de abril de 2011

el sacerdote oblato Gregorio Iriarte con ese don de gentes que le es característico nos ofrece el ESTATUTO de los PUEBLOS LIBRES como reglas de una conducta humana ejemplar

En una importante reunión internacional de varias organizaciones populares, después de haber analizado detenidamente todo lo que significa el “bien vivir” (suma qamaña) decidieron, dialogando en pequeños grupos, concretar ese gran ideal aymara en algunas propuestas prácticas y operativas aplicables a la sociedad actual.

Después de largas y encendidas discusiones se decidió aprobar y hacer públicas las siguientes propuestas con el título de “Estatuto de los pueblos libres” que exponemos a continuación: 

1- Queda establecido que toda persona es más importante y vale más que cualquier otra cosa del mundo. 2-Queda establecido que cualquier persona puede y sabe mucho más de lo que ella misma cree saber y poder. 3-Queda establecido que todo ser humano debe amarse a sí mismo más que a todo lo que posee. 

4-Queda establecido que la comunidad tiene un valor primordial pero sin olvidar a los marginados, a los emigrantes, a los mendigos. 

5-Queda establecido que desde ahora en adelante en el vocabulario general sólo se admitirán frases estimulantes y animadoras de ilusiones. 

6-Quedan suprimidas, por lo tanto, todas las palabras ofensivas como “inútil”, “incapaz”, “tonto/a”, ”tarado”, etc… 7- Queda establecido que todo adolescente, niño o niña, deberá conocer sus propios valores como persona antes de saber resolver un problema de álgebra. 

8-Queda establecido que todos los ciudadanos/as deberán tener altos ideales y los medios necesarios para poder alcanzarlos. 9-Queda establecido que todos/as sabemos hacer mucho más de lo que creemos siempre que venzamos nuestra propia flojera. 10- Queda decretado que toda persona es útil y muy valiosa para la sociedad y que encierra grandes posibilidades en sí misma 11- Queda decretado que todas las personas, por humildes que parezcan esconden grandes posibilidades para sí y para la sociedad. 

12- Queda decretado que, además de los “Viernes de Soltero” se establecerán los “Jueves de Solteras y Casadas”, en los que las mujeres podrán salir a tomarse unos “whiskicitos” y a criticar libremente a los hombres, a la Iglesia y a nuestra sociedad machista. 13- Queda decretado y garantizado el respeto y el cariño a todas las personas por más que sean de otros países, de otras culturas o de otra religión.

domingo, 24 de abril de 2011

Juan Claudio Lechín se refiere a la confrontación que Evo exhibió en contra de los trabajadores considerados "sus enemigos"

Recientemente, el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, acusó a la Central Obrera Boliviana de estar en la “corriente ideológica restauradora de la derecha” y de buscar el derrocamiento del presidente Morales. 

Este lenguaje de textura jacobina fue la nota de color al ceder ante el reclamo de miles de trabajadores que durante doce días movilizaron tesoneras protestas por alza de sueldos y salarios. En febrero, al comenzar las negociaciones, el presidente Morales dijo, con desdén, que los pedidos de la Central Obrera “le causaban risa”. Fue una ironía punzante para un pueblo que posibilitó su aplastante triunfo y que por cuatro años le entregó su incondicional lealtad. Pero más allá de la gratitud, entre dícticos e ironías, se evidencia una severa crisis económica en Bolivia. 

Desde el 2006, el gobierno de Morales estuvo bendecido con elevados precios de los minerales lo que le permitió entregar bonos directos a los más pobres consiguiendo un masivo apoyo que no se veía desde la revolución de 1952. También le hizo una cirugía a la medición de la inflación, disminuyendo la incidencia de los artículos de primera necesidad en la canasta familiar, de tal manera que mientras los precios de la papa y el arroz subían sin cesar, la inflación boliviana era del primer mundo. 

Asimismo, subvencionó la gasolina, tomó mucha deuda venezolana y sucedió una democratización del narcotráfico. Es cierto que varias industrias cerraron por presión gubernamental generando desempleo y la raquítica ejecución presupuestaria del 35 por ciento , reveló a un gobierno ineficiente.

Pero la abundancia de plata y las ganas de hacer política y torcerle el brazo a la historia opacaron a las nimiedades macroeconómicas las cuales, como las termitas, mondaron silenciosamente y recién se mostraron una vez que hubieron perforado el cuerpo de la economía. La Navidad reciente le trajo al gobierno esta noticia como presente troyano. 

Confiando en la machacona propaganda del “proceso de cambio” y en la adhesión popular hacia el “hermano Evo”, el gobierno dictó un alza del 80 por ciento en la gasolina para financiar los numerosos huecos de una prosperidad sin sustentación real. Una explosiva protesta tranversalizando sectores sociales, rompió en un santiamén el encanto popular con el Presidente indígena.  Él mismo tuvo que presentarse ante las cámaras para retroceder la medida, sin lograr recuperar la devoción popular ni financiar el déficit. Si no hubo fondos antes tampoco habrá ahora para cubrir el 12 por ciento de alza de sueldos que acaba de firmar con la Central Obrera Boliviana. Y la cirugía hecha a la estadística inflacionaria ya no ataja los voluminosos números en crecida.

El pueblo y los sindicatos suelen ser enemigos cuando no están a favor. Morales mismo fue acusado de desestabilizador cuando era dirigente cocalero. Ahora, tomemos en cuenta las sabidurías de cada quién: el pueblo boliviano con su centenario confort en la protesta callejera y el presidente Morales con pocos años en el poder. Parece que un enfrentamiento frontal con ese pueblo desencantado, es lo menos aconsejable para cualquier gobierno. 

jueves, 21 de abril de 2011

la página de INFOBAE publica extensa entrevista con Tuto Quiroga en Buenos Aires. el estadista mide sus respuestas sin dejar de mostrar la gravedad por la penetración del narcotráfico

Jorge ‘Tuto’ Quiroga Ramirez, fue parte de la minoría que gobernó Bolivia hasta la llegada de Evo Morales. Fue vicepresidente entre 1997 y 2001; presidente a los 37 años entre 2002 y 2003 tras la renuncia del general electo democráticamente Hugo Banzer por padecer de cáncer de pulmón.

El final de su gestión se vio opacada por el efecto contagio de la crisis social y económica de la Argentina. Critica las prácticas poco democráticas de Evo Morales, pero elogia las mejoras sociales alcanzadas.
  
 - ¿Cómo ve a Bolivia hoy en pleno conflicto por inflación y fuertes reclamos por alzas de salarios?
- Separo la coyuntura de lo estructural. En lo económico, el país sigue, por ahora, bien, gracias a los chinos, como toda Sudamérica. Seguimos teniendo los mejores precios de la historia de las materias primas. En los vinculados con Bolivia, en mi época de presidente la onza de oro estaba 320 dólares, hoy está 1.500; el gas, un dólar con veinte centavos y hoy, ocho dólares. La diferencia en América Latina la hacen los países que aprovechan la bonanza, traen inversión y estimulan producción. Y otros que destruyen la inversión.

 - ¿La nacionalización de los hidrocarburos salió mal?
- El problema es otro. Ni se estatizó ni se trajo más inversión. Todas las empresas que llegaron en los 90 y explotaron campos, Morales les respetó el tiempo remanente de la concesión. Lo que sucede es que el clima de confrontación e inseguridad hace que las empresas se dediquen a explotar lo que está descubierto sin explorar ni renovar yacimientos. Lo mismo ocurre con la minería. El ingreso extra en el caso de Bolivia no es por más productividad, sino por mejores precios. Se ha ahuyentado la inversión. Y en el plano agrícola, como el Gobierno prohíbe exportaciones, el dinero y la inversión van a la construcción. Por eso se vive en el país un boom inmobiliario, porque hay liquidez en la economía. Pero mucho de ese dinero es del narcotráfico. La gente piensa que se pueden expropiar las tierras, pero no los edificios.
  
- ¿La inflación también es una preocupación?
- Todo se inició con el gasolinazo. Se reprimieron los precios y no se hicieron los ajustes cuando correspondía. Quisieron hacer en un día lo que no se hizo en cinco años. La medida era buena, pero no oportuna. La escalada de precios se sigue dando especialmente en alimentos. El Gobierno revirtió la medida, pero la gente duda. La gente además se quedó con la ilusión del incremento salarial de 20% que se decretó y luego también se tiró para atrás. Así la expectativa de inflación se mantiene. A esto se suma la escalada internacional de los precios por la voracidad china.
  
- ¿Le sorprende la ortodoxia de Evo Morales en el manejo económico?
- Le sobran recursos. Antes Bolivia era remesas más exportaciones que generaban ingresos por 1.500 millones de dólares. El año pasado han sido 8.000 millones de dólares. Ha gastado mucho más y todavía le sobra.
  
- ¿Evo Morales decepcionó a su electorado?
- Lo triste es haber desperdiciado la bonanza de precios. El lado positivo que parte de esta bonanza se usó para planes sociales y transferencia de recursos para gente pobre. Es bueno como colchón social. El tercer tema estructural es que la democracia está viciada. Hay legitimidad de origen, pero no hay libertad de prensa ni respeto de poderes. Otra preocupación es el narcotráfico. Es el peor lastre de América Latina. Consumo norteamericano, narcos mexicanos, maras y pandillas salvadoreñas, terroristas colombianos y producción de coca de Perú y de Bolivia. Los Gobiernos no coordinan tareas ni acciones. En Bolivia se ve la presencia de elementos extranjeros. Ajusticiamientos dos o tres por semana, a la luz del día, frente a un colegio. Al número de la lucha antidroga del país lo atrapan con 140 kilos de droga en Panamá. El narcotráfico compra todo y hasta gobiernos. Hay a un avance del poder narco en Bolivia. Se notan los mismos avances en Perú, Argentina, Brasil. A todos nos afecta, no sólo a los que  producimos coca. Y cuando un gobierno coopta fiscales y a la prensa, le mejora el terreno a estos delincuentes de la droga. La erosión institucional deja el terreno fértil para el narco.

 - ¿Le preocupa una posible presidencia de Humala en Perú?
- No, opino que el peruano debe escoger lo que le gusta.

- Usted fue parte de una minoría más formada y blanca que gobernó Bolivia con resultado dispar y que permitió el surgimiento de una figura como la de Evo Morales. ¿Qué autocrítica haría de aquellos años?
- Le quiero aclarar que en Bolivia somos todos mestizos. A Bolivia llegaron españoles solteros que se mezclaron con los locales. Sí es bueno reconocer que no adecuamos a tiempo el sistema político. No se permitían los representantes rurales. Y en el campo es donde más está la pobreza, se sentían excluidos. Había que modificar la Constitución en el Congreso y cuatro o cinco partidos manejaban todo. Los partidos tenían líderes eternos que se candidateaban cinco o seis veces para distintos cargos. La gente quería renovación. La llegada a la presidencia de Sánchez de Losada, con tan sólo el 30% de los votos, es un ejemplo. Yo quise hacer reformas, pero tenía 17 diputados sobre 130. /Infobae.

martes, 19 de abril de 2011

acertado título "el bloqueador bloqueado" que se refiere al originario Evo víctima de su propio sistema habiendo sido "el experto en bloqueos violencia incluída" ahora se las tiene que ver metiendo bala

Revivimos una vieja película: La sociedad bloqueada, siendo que los papeles se han invertido y ahora el bloqueador está bloqueado. El Gobierno que tenía la mayor fortaleza política y legitimidad de los últimos 30 años es víctima de los movimientos sociales que lo llevaron al poder.
En los últimos meses se ha acelerado el número de huelgas y paros en el país impulsados por el fallido gasolinazo, el aumento de la inflación y otros desajustes económicos. El Gobierno está cosechando lo que sembró.
Desde la política, ha creado una hiperinflación de expectativas en la sociedad. Con base en datos macroeconómicos, muy bien empaquetados en la propaganda oficial, se mostró un boom de riqueza que nunca llegó a generar diversificación productiva y empleo sostenible.
Con la nueva Constitución Política se prometió la felicidad económica instantánea.
Ahora, pasada la luna de miel, ciertos movimientos sociales quieren el pedazo de paraíso ofrecido, para esto recurren a una vieja práctica: El salarialismo, pensamiento que cree que dividiendo la misma torta en más pedazos, ésta crece automáticamente.
Después de cinco años de relativa estabilidad política todo indica que los problemas económicos le comienzan a pasar la factura al Gobierno, que sobreconcentró su energía en la acumulación de poder. Sabemos por experiencia propia e internacional que la inestabilidad social y sindical compromete seriamente el crecimiento y el desarrollo económico.
Las vías más conocidas a través de las cuales los conflictos sociales afectan el desempeño económico de un país son: 1) A mayor cantidad de huelgas, menor serán los días trabajados, lo que compromete la productividad media de la economía. 2) Las huelgas y bloqueos crean un clima de incertidumbre macroeconómica, política y social, que desestimula las inversiones. 3) Reivindicaciones sociales exitosas capturan rentas estatales dejando menos recursos para la inversión pública.
Según el Observatorio y Análisis de Conflictos Sociales en Bolivia del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), en el periodo 1970 – 2010 se habrían registrado 13.897 conflictos.
En 40 años de historia económica y social, prácticamente se registró un conflicto por día, este resultado sale de dividir los casi 14.000 conflictos entre 40 años (480 meses), lo que registra 347 huelgas o paros por año, es decir, cada día alguien, en todo este tiempo, estaba protestando con buenas o malas razones.
En la era democrática, la administración del Gobierno de Hernán Siles tenía el récord de huelgas, paros y otros eventos, 1.825, lo que da un promedio de 54 eventos por mes. Cabe recordar que éste fue el periodo de la hiperinflación que destruyó a la economía boliviana.
Durante la gestión Paz Estenssoro hubo 1.180 problemas sociales, resultando un promedio de 24,6. Aquí se inicio el periodo neoliberal.
Paz Zamora tuvo 968 huelgas y movilizaciones, lo que significa un promedio mensual de 20,2.
En el primer gobierno de Sánchez de Lozada se verificaron 631 conflictos, el promedio mensual fue 13,1.
El gobierno del general Banzer tuvo 1.364 eventos. Jorge Quiroga 355 y el segundo Gobierno de Sánchez de Lozada soportaron 518 movilizaciones sociales.
El gobierno de Carlos Mesa también registró una alta conflictividad con 1.042 eventos, lo que arroja un promedio de 52,4 por mes.
La corta administración del presidente Eduardo Rodríguez registró 248 conflictos.
Toda esta información se encuentra detalladamente analizada en: “38 años de conflictos sociales en Bolivia”, de Roberto Laserna y Miguel Villarroel.
Los datos actuales del Ceres muestran que durante la administración del presidente Evo Morales, hasta diciembre del 2010, se habrían registrado 2.973 eventos, es decir, 50,4 conflictos por mes, siendo el último año el más conflictivo con 811.
Este resultado acumulado en más de cinco años de gestión constituye un nuevo récord de problemas sociales desde 1970.
En el primer trimestre de 2011, la intensidad del conflicto social en Bolivia ha aumentado, según cifras preliminares, se han producido 240 conflictos (67 en enero, 91 en febrero y 82 en marzo).
Según otra fuente, la Fundación Unir, sólo en enero del año en curso se habrían registrado 114 movilizaciones. De todos estos eventos sociales, más del 50 por ciento están vinculados a medidas económicas, gestión administrativa y situación laboral.
Los conflictos sociales hacen parte de una sociedad democrática, no se trata de negarlos sino de crear una institucionalidad que ayude a mediar las diferencias entre los actores económicos y sociales para que no todos terminen en las calles. Entre algunos ejemplos de institucionalidad, sea de carácter organizacional o instrumental, podemos mencionar: Consejos de desarrollo productivos con la participación de trabajadores, productores, empresarios y Gobierno; pactos económicos que se traduzcan en presupuestos plurianuales que establezcan metas pactadas de inflación, reajuste salarial, metas de productividad, inversión y empleo; negociaciones colectivas entre trabajadores y empresarios; redes de protección social en casos de crisis.
La conflictividad social en Bolivia ha vuelto a sus tendencias históricas, lo cual es una mala señal para la economía.
Revivimos una vieja película: La sociedad bloqueada, siendo que los papeles se han invertido y ahora el bloqueador está bloqueado. El Gobierno que tenía la mayor fortaleza política y legitimidad de los últimos 30 años es víctima de los movimientos sociales que lo llevaron al poder. 
 
El autor es economista. (Su columna está publicada en OPINIONES de Los Tiempos de CB)

domingo, 17 de abril de 2011

Susana Seleme escribe sobre la verguenza nacional que constituye el mamotreto de un juicio llevado a cabo en Cochabamba contra toda norma de derecho para ocultar el crimen de Evo Morales

Las fotos de 37 imputados de la tramoya terrorista-separatista y del montaje Rózsa-Soza cuelgan en la parte frontal de una carpa donde sus dolidas familias hacen vigilia todas las noches y dan vuelta a la plaza 24 de Septiembre, al grito de “justicia y libertad”. Así acompañan a los suyos presentes, y a otros en el exilio, en la ‘audiencia conclusiva’ contra la dirigencia y profesionales cruceños, que allí, en Cochabamba, llevan puestas camisetas con la leyenda: “Soy autonomista, no terrorista”.
Esa audiencia forma parte de la tramoya que deshonra el ejercicio probo de la administración de justicia independiente del poder político. Este proceso es más político que judicial, pues impide la presencia de periodistas en sala, no presenta pruebas sino hipótesis y viola los derechos del debido proceso: el juez natural en el lugar de los supuestos delitos –Santa Cruz de la Sierra–, el derecho a la defensa y al juicio justo. Es también una vergüenza internacional porque el juez, obedeciendo al Ministerio de Gobierno, impidió la presencia de veedores internacionales, miembros de la prestigiosa Orden de Abogados de Brasil, incluida en la Constitución de ese país. Los vejaron como a delincuentes, confiscaron sus pasaportes por horas y los obligaron a salir de Cochabamba. “Si esto hacen con nosotros, ¿qué le sucede al ciudadano boliviano que reclama sus derechos?”, preguntó uno de ellos.
Esta vergüenza judicial reviste ‘intentos de homicidio’ al insistir en el traslado a esa ciudad sobre 2.800 metros sobre el nivel del mar de tres imputados –dos generales de la República y un médico, líder cívico, autonomistas todos– con graves dolencias cardíacas. Dos de los procesados en Cochabamba, con dolencias del mismo tipo, han tenido que ser internados de urgencia en centros médicos. La realidad de la Bolivia ‘del cambio’ es lo que Fernando Mires llama ‘estatismo político’, es decir, “la supresión del juego político en aras de la eternización en el poder del Estado de una determinada camarilla…” afín al caudillo, aquí el populista y demagogo Evo Morales.
Esta vergüenza político-judicial es digna de compararse a los juicios políticos contra los disidentes de países socialistas, donde el autócrata ejerce todos los poderes del Estado, como Morales, y decide la vida de los adversarios políticos y también decide la suerte de algunos. Fue el quien selló la muerte de los tres extranjeros en el hotel Las Américas hace exactamente dos años: “Di órdenes de acabar con ellos”, palabras más o menos, dijo a pocas horas del crimen. Creyó que así enterraba la verdad del montaje terrorista-separatista y que nunca se sabría que a Eduardo Rózsa lo trajo el Gobierno y que fue un infiltrado en algunos sectores autonomistas cruceños.
Pero la verdad nunca muere. Se sabía antes como ahora, justo cuando la intención de voto para Morales apenas llega al 22% y las arcas del Estado sufren por el desmesurado incremento del gasto público sin inversión productiva y así imposibilitadas de atender la justa demanda de las empobrecidas masas asalariadas.
En este panorama de anomia social y estatal, crece la inseguridad ciudadana, como la sufrida por el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, víctima de delincuentes que le dispararon a matar, al tratar de impedir un asalto en la vía pública. Sobrevivió y bien. Los milagros también existen.
* Máster en Ciencias Políticas

jueves, 14 de abril de 2011

Pilar Toro se refiere al juicio por terrorismo, la reunión con los ex, a Conalde, amarrar a las víctimas en un sitio mientras se prepara el cadalzo, la candidez de los presidente...ilustrativo y profético

Escribo a vuelo de pluma, como se desarrollan las acciones del gobierno por encubrir, entre otros desmanes, el desastre económico (ya supimos que hay déficit y no vacas gordas como se regaba a los cuatro vientos) y el inicio del juicio por el caso terrorismo donde se consolidará una de las mayores atrocidades jurídicas que Bolivia haya conocido.

El objetivo de estos breves apuntes es realizar un puntual pronóstico político. Aquí va: la reunión de Evo Morales con los expresidentes terminará en un spot propagandístico donde los exmandatarios servirán de teloneros para lograr mayor apoyo popular al "jefazo", de extrategias efectiva sobre el mar... nada! Además, pese al spot que saldrá esta semana, el apoyo popular seguirá cayendo. Su incapacidad es terminal.

Es más, como ocurrió con los opositores del Oriente (CONALDE) que se reunieron en varias ocasiones en el Palacio Quemado y que sólo consiguieron salir en la foto y ser usados para un nuevo spot, los expresidentes terminarán, en breve, perseguidos, obligados a fugar o detenidos. Y es que este gobierno actú así: mientras uno negocia, el otro -oscuro personaje que conspira a una cuadra del Palacio de Gobierno- tiene la misión sucia de dar la artera puñalada. Si se piensa bien, todo ha funcionado así. Si el Vice fuese honesto, confesaría que, en términos militares, se trata de la llamada estrategia envolvente, combinada con un ataque de amarre (se amarra a las víctimas en un escenario -el diálogo-, mientras se prepara el cadalzo).

Si me equivoco, hidalgamente pediré las disculpas del caso y me sumaré, con entusiasmo, al llamado Proceso de Cambio (grotesco salto al pasado). Sin embargo, hace tiempo dejé de ser ingenua y he estudiado el modus operandi del actual gobierno: el diálogo sobre el mar -como todos los demás diálogos- sólo es una emboscada para distraer la atención en torno al desastre económico y la judialización de la política, y la ocasión propicia para provocar que los posibles opositores bajen la guardia, mientras los verdugos preparan la soga.

El hecho que sorprende es la candidez de los expresidentes para ofrecerse a ser usados de forma tan descarnada. Les pasó a los prefectos de CONALDE. En fin, queda obvio que buenos políticos siguen faltando

miércoles, 13 de abril de 2011

Juan Claudio Lechín ofrece su pensamiento frente a las elecciones de Perú. de la segunda vuelta puede que dependa la democracia del continente

Toda elección con las expectativas removidas, como en las elecciones peruanas, deja reflexiones, enseñanzas y preguntas. Por ejemplo, queda claro que los asesores convencionales no suelen dar en el clavo en procesos donde la institucionalidad política está en formación o en disgregación; pues durante la incertidumbre, los códigos, preconceptos y frases que inducían al elector ya no lo hacen. También se ve que el caos de promesas dichas atropelladamente destruyen la credibilidad en el sistema; que la propaganda es más penetrante que la publicidad; y que el partido tipo leninista con organización territorial y cuadros formados es más efectivo que las coloridas caravanas festivas con gorritas y promocionales.
En este proceso electoral se confió en que el crecimiento económico es un blindaje suficiente para detener al antisistema. Se consideró a los exitosos, se olvidó a los fracasados del modelo liberal, a los de “tierra adentro” que no tienen condiciones para dar el salto hacia la modernidad y al importante grupo, invisible para el oráculo moderno de las estadísticas, que, habiendo mejorado sus ingresos, no ha terminado de abandonar las mentalidades tradicionales, la necesidad de un Estado-socorro —o caudillo paternal— que vigile sus gateos en el nuevo orden y que acuda en caso de traspie; y a un Estado-autoridad que no solo ponga freno al crimen callejero sino que ordene el propio destape liberal. La autoridad suele dar seguridad.
Ollanta Humala y Keiko Fujimori, prometieron fortalecer el Estado; aunque por razones distintas. Él, para refundar el país (proyecto chavista); ella para atender al pueblo en la transición al liberalismo. Un tremendo electorado votó por estos discursos. En contraposición, los candidatos más liberales parecen haberse fundamentado en la “mano invisible” de Marshall, donde el mercado competitivo acomodará naturalmente los factores económicos, con una baja intervención del Estado.
En un largo proceso de transición desde las mentalidades tradicionales (mayormente feudales como el caudillismo y la corrupción) hacia las mentalidades liberales; es preciso apoyar, incluso con bonos, al pueblo más pobre y rezagado, mientras entrena su inserción en el libre mercado y en la iniciativa individual. Esto requiere, aunque suene contradictorio, de una presencia paternalista del Estado liberal. Sin apoyo, estos sectores serán el puño del antisistema. Alemania pagó con el nazismo el precio de la transición al liberalismo maduro.
El liberalismo tiene muchas virtudes, para pueblos y élites, pero requiere de tiempo, esfuerzo y paciencia, de complejos equilibrios de contrapeso y un pueblo que se mueva cómodamente en el sistema y sus mentalidades. Simplificar el modelo a lo estrictamente económico y a la publicidad aérea es mostrarle el talón al antisistema. El nuevamente súbito ascenso de Humala, candidato antiguo, ¿fue porque su electorado se escondió de las estadísticas o hubo instrucciones de un aparato político más grande de lo imaginado?
Si Chávez y el modelo cubano toman el Perú, consolidarán un bloque geopolítico de continuidad territorial junto a Ecuador y Bolivia, solo faltaría Colombia como último eslabón de la cadena andina. No es exagerado decir, entonces, que del Perú, en su segunda vuelta electoral, dependerá la democracia en toda la región. 

domingo, 10 de abril de 2011

en acto de hipocresía y de un nacionalismo chauvinista, cuando fueron los del MAS que se inventaron e introdujeron una bandera paralela García Linera besa la tricolor y pretende desagraviarla por el ultraje de "cobistas"


En teoría la persona que aje, injurie o maltrate públicamente la bandera, el escudo o el himno del Estado Plurinacional de Bolivia, debe ser sancionado con reclusión de seis meses a dos años; así como la persona o el grupo de personas que ultrajen públicamente la bandera, el escudo o el himno de una nación extranjera, pueden ser condenados con reclusión de tres meses a un año. Así dispone el Código Penal en sus artículos 129 y 141; pero cada vez que se marchita o quema la tricolor nacional el valor normativo del texto legal disminuye en importancia y sirve poco en la labor punitiva, pudiendo ser sustituido por una reflexión paternalista que simplemente logra enardecer los ánimos más nacionalistas, sin que los ultrajadores sean procesados y condenados a sufrir reclusión. Así la impunidad campea, otorgando legitimidad a cualquier acción que tenga por fin maltratar, arrugar o quemar la bandera nacional.
Durante los días jueves y viernes pasados los manifestantes afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB), han figurado en unos actos por demás violentos, protestando contra las políticas gubernamentales que impiden un mayor incremento salarial al 10 por ciento dispuesto por el Gobierno. Los revoltosos llegaron hasta el frontis del Ministerio del Trabajo y lanzaron globos cargados de tintes, impactando algunos en la bandera nacional y la wiphala, insignias que estaban izadas en la puerta de esta oficina estatal. Ni bien este hecho fue conocido por las autoridades, se activaron los mecanismos de manipulación y propaganda políticas del Gobierno y ubicaron en la palestra al vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, quien exigió a los trabajadores protestantes de la COB desagraviar a la bandera nacional por haberla mancillado durante su iracunda marcha de protesta.
En un espectáculo exaltador de lo nacional y sosteniendo la tricolor boliviana y la wiphala, la autoridad de Estado recordó que la COB “nació, luchó y fue la abanderada del sentimiento más profundo del pueblo boliviano”, y para concluir besó la bandera, manifestando indignado: “¿No son bolivianos esos compañeros, no aman Bolivia, no sienten lo que significa esta tricolor y esta wiphala?”. Este mensaje chovinista quedó cojo, nuestro segundo dignatario debió anunciar el inicio de procesos penales para castigar como se debe a los ultrajadores, (“caiga quien caiga” como dicen cuando les conviene), y de la misma manera, absolutamente desproporcionada, como se ha actuado en otros casos también punibles.
Si para el vicepresidente García Linera, el hecho de haber manchado la bandera nacional representó un contrasentido y una acción antipatriótica de los trabajadores, también constituyó un contrasentido no accionar la ley penal para castigar a los infractores y peor aún si se omitió el deber del servidor público de denunciar ante las autoridades judiciales este delito y lograr una condena ejemplar. Esto confirma que el Gobierno no quiere complicar, por conveniencia propia, el escenario de negociaciones con la COB, que estacionalmente retoza muy afín con los oficialistas azules.
Esto resume el alto grado de impunidad que se alienta desde Palacio Quemado. ¿Qué hubiera pasado si el ultraje a la tricolor, o a la bandera cubana, iraní o venezolana la hubiera perpetrado un conocido grupo político de oposición? Quizás el espectáculo mediático hubiera sido más imponente y las autoridades habrían detenido inmediatamente a los agresores, les hubieran privado de su libertad y de un juicio justo, manipulando jueces y fiscales para lograr sus propósitos políticos. Besar nuestra bandera no es una excusa tácita para dejar de cumplir el deber de servidor público y denunciar el hecho delictivo. Sólo queda esperar que esta muestra evidente de impunidad no convierta el ultraje a nuestra bandera en un deporte nacional.

El autor es abogado 
fojascero@gmail.com

martes, 5 de abril de 2011

aparece en TERRA un portal internacional la extraña declaración del Senador masista Issac Avalos afirmando que Chile tiene espías en Bolivia. es hombre muy próximo a Evo


Un influyente senador oficialista boliviano, Isaac Avalos, denunció este martes la presunta existencia de un grupo de espionaje en favor de Chile en su país, en momentos en que ambos países están confrontados por un diferendo marítimo.
Avalos, jefe de la bancada de senadores del gobiernista Movimiento Al socialismo (MAS), dijo a periodistas locales que "nosotros hemos descubierto otra estructura abajo (de las estructuras oficiales)" un grupo de espionaje, aunque no dio mayores detalles al respecto.
"Yo me atrevo a decir que hasta el discurso del presidente Evo Morales el 23 (de marzo, cuando anunció que Bolivia llevará Chile a tribunales internacionales por el diferendo marítimo) ya conocían, me atrevo a decir, no me consta, pero me atrevo decir", apuntó.
"Imagínate cómo tienen una estructura, y nosotros todavía recién reaccionando", agregó Avalos.
El senador boliviano aclaró que esa instancia de espionaje "no creo que esté arriba, porque está todo eso controlado, no hay problema con eso, pero lo que hemos descubierto es abajo", manifestó.
Bolivia y Chile llevaron adelante desde 2006 un diálogo sobre una agenda de 13 puntos que incluye la reivindicación boliviana de acceso soberano al mar -perdido en la llamada Guerra de Pacífico del S. XIX- pero que por falta de resultados fue cuestionado por Morales, quien anunció que llevará el caso a tribunales internacionales.
La Paz y Santiago no tienen relaciones diplomáticas desde 1978 debido precisamente a la falta de solución del centenario diferendo marítimo.