¿Cuantos cancilleres tiene Bolivia?por Zoe
Choquehuanca es la cara “indígena” para mostrar al mundo; el canciller de hecho es un “blancoide” cuestionado por sospechas de contrabando.
Existen suficientes elementos para concluir que la política exterior boliviana ha caído a su nivel mas bajo y en vez de responder a los intereses permanentes del Estado y por tanto ser manejada con el mayor profesionalismo y cuidado, ocurre lo contrario.
La diplomacia boliviana se ha rebajado a la politiquería marcada por las confrontaciones entre las facciones existentes en el MAS, o a los cambios de humor de Evo Morales y su deseo de agradar a su protector de Caracas. No otra cosa significa que el nivel de las relaciones con el Perú hayan llegado donde llegaron.
Quintana, siempre en la oreja del presidente
Es evidente que el canciller David Choquehuanca tiene muy poca injerencia en el diseño y la aplicación de las estrategias diplomáticas yes claro también que estas directrices salen del despacho del siniestro ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien, cuando lo cree conveniente asume sin más el despacho de Relaciones Exterioresy manda a su colega a una gira por el exterior a ocuparse de otros asuntos, por ejemplo a que prepare las “condiciones” que garanticen que el voto de los bolivianos en el exterior vaya en la dirección correcta.
En realidad Choquehuanca es la cara “indígena” que el gobierno quiere mostrar para el consumo de la comunidad internacional. Se trata de una simple cuestión de fachada; se quiere decir: los indígenas participan en el gobierno de Evo Morales. Sin embargo se oculta que no toman decisiones ya que estas corresponden a un cada vez más secante entorno palaciego.
El impase con el Perú ha confirmado esta visión. Desde el palacio de Gobierno se maneja un criterio confrontacional y el canciller Choquehuanca, cuando se lo permiten, intenta atenuar las situaciones generadas por esta actitud.
Es así que mientras el canciller intentaba mostrar una actitud conciliadora con el Perú haciendo un llamado “a la hermandad”, desde el palacio de Gobierno, el comedido Sacha Llorenti, que no deja pasar la oportunidad para recomendarse y aparecer en la televisión, lanzaba nuevos denuestos contra el vecino país y sus gobernantes.
Sacha, el oficioso viceministro
Esto ya es una chacota. Mientras que el canciller, que teóricamente conduce lapolítica exterior, va por un rumbo, el entrometido funcionario de segunda, va por otro exactamente contrario. Sacha dice que están “orgullosos de cada palabra” de la carta de Evo, motivo del conflicto con Perú y un poco mas amenaza con bombardear Lima con la irresponsabilidad que caracteriza cada una de sus acciones.
En medio de tanto dislate, el gobierno peruano llama a su embajador y aunque el canciller Choquehuanca minimice el hecho calificándolo como algo normal, ocurre que en el lenguaje diplomático llamar a consulta significa expresar molestia por determinada situación y según los entendidos es un paso previo a la ruptura de relaciones diplomáticas. No harían mal los ineptos de palacio en consultar este tipo de temas con diplomáticos de carrera.
No creemos que sea demasiado pedir algo de mesura en las acciones y declaraciones del presidente Evo Morales y de sus colaboradores en las relaciones internacionales. Es sabido que en este tipo de contenciosos, nuestro país, por su propia situación geográfica y económica tiene mucho más que perder.
Por otra parte no es aceptable que Bolivia, porque su gobernante esta empeñado en seguir la políticaexterior chavista, pierda a un tradicional aliado como es el Perú.
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