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lunes, 8 de abril de 2013

sobre el 9 de abril. segunda entrega por Mauricio Aira

la crisis del 29 golpeó al mundo entero. sus efectos también llegaron a Bolivia. se pasó de la deflación a la galopante inflación lo que aceleró la marcha de un creciente descontento, malestar en el Gobierno de Daniel Salamanca que con su lema "pisar fuerte en el Chaco" desencadenó la Guerra contra Paraguay que habría de durar 3 largos año. De ambas fuentes, cien mil muertos y otro tanto de heridos y de prisioneros, sin contar la pérdida material y por ende la profundización de la crisis que devino en un movimiento popular pre revolucionario.
Miles de obreros desocupados, salarios reducidos y el ajuste de Salamanca al sector laboral que con una Ley especial quedaba a merced de los empresarios sin seguridad ni garantía, aunque los trabajadores reaccionaron,, la Ley fue rechazada por el parlamento y Salamanca desató la guerra como una via de escape al problema social, que se hacía incontrolable, Salamanca llegó a sentenciar "Pierda o gane Bolivia debe ir a la Guerra para regenerarse". En 1932 las primeras escaramuzas desencadenaron el sangriento conflicto con la movilización de sus Ejércitos. Se armó una competencia a ver cuál de los dos si Bolivia o Paraguay reunía mayor cantidad de soldados y recursos para lanzarlos a la contienda en Primer Línea de fuego. La triste realidad es que Bolivia contaba sólo con 1.500 hombres, y la Guerra se libraba a 1.800 kilómetros de distancia de la sede de Gobierno. Salieron las sucesivas órdenes, llamamiento a la Guerra, lo más granado de la juventud fue reclutada y después de un corto entrenamiento militar embarcada hacia el Sur, en toda clase de transporte. Entre los jóvenes reclutas, Victor Paz, Hernán Siles, Juan Lechín, Walter Guevara, Augusto Cuadros, Augusto Céspedes, que se aguantaron tres años al frente de batalla, siendo protagonistas de una guerra, que cada vez carecía de sentido, fueron los testigos del descalabro militar, de los grandes errores de la Administración Nacional, víctimas del infortunio, algunos sufrieron heridas, otros fueron hechos prisioneros, varios milis que desde Paraguay espectaron una contienda de la que ya no formaban parte.

Lo evidente es que éstos jóvenes reflexionaron mucho para llegar a la conclusión que había que plantearse un nuevo país, surgieron logias, grupos de combate, partidos políticos, manifiestos públicos que dieron origen a nuevas corrientes de opinión entre las que ganó espacio el Movimiento Nacionalista Revolucionario que se ubicó en un punto de equilibrio entre los extremos, la izquierda que buscaba ideas radicales y la derecha que soñaba "con un dictador fuerte capaz de hacer cumplir su palabra en Ley".

La guerra continuó durante tres años, Bolivia perdió más de 50 mil hombres, la mayoría de origen campesino, sin excluir a una clase media combativa, conciente, sacrificada y patriota. De la galería de personajes destacan Victor Paz en Artillería, Hernán Siles, Augusto Céspedes, Juan Lechín, Walter Guevara, Augusto Cuadros, algunos de ellos entregaron sendos escritos, de indudable valor testimonial, éste último en su obra "la Guerra del Chaco" subtitula "los orígenes de la Revolución Nacional" ofrece el balance humano de 200 mil movilizados en Bolivia, en Paraguay 150, en retaguardia Bolivia 30, Paraguay 20 mil, prisioneros 25 mil bolivianos frente a 2.500 (pilas), muertos 50 mil en Bolivia y 40 mil en Paraguay. Al firmarse el armisticio Bolivia desmovilizó a 54 mil, Paraguay lo hizo con 46 mil que no llegaron a participar directamente. (sigue) economista de gran notabilidad estimó que Bolivia gastó 228 millones de dólares, mientras que a Paraguay le costó 128 millones, o sea 100 millones menos. Bolivia perdió 264 mil kilómetros cuadrados al final de la contienda suscrita por mediación de Argentina y Estados Unidos.

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