PRESIDENTE PSICÓPATA
El líder supremo de Corea del Norte Kim Jong Un, a estas horas mantiene al mundo
pendiente con sus amenazas y en cuya expresión facial, se leen las sombras que pueblan
las mente de este heredero -no sólo de la conducción de la parte comunista de la
dividida Corea- sino de la megalomanía y fetichismo que mantiene en absoluto
encierro a esa parte de la península con sus casi 25 millones de habitantes. Los
pocos que han podido penetrar algo en la realidad de Corea del Norte, cuentan
de los increíbles modos que se han dado Kim Il Sung, su hijo Kim Jong Il y hoy
el nieto Kim Jong Un, para hacer más realidad que en ningún otro lugar del
mundo, la novela 1984 de George Orwell.
De cuando en vez esta "dinastía" norcoreana que ha encontrado el
modo de subsistir y lograr que al menos los chinos -a quienes inquieta
sobremanera la posibilidad de una guerra en la península- le mande arroz y
algunos otros alimentos necesarios para alimentar a su disciplinada, alienada y
hambrienta población a cambio de sus riquezas minerales- amenazan al mundo con
inminentes ataques a Corea del Sur o
Japón, férreos aliados de los norteamericanos además de su "suprema
decisión" de activar sus plantas nucleares de alcances continentales.
Caminar por algunas de las más importantes avenidas en Seúl -la capital de
Corea del Sur- es toda una extraña experiencia. Largas e increíblemente anchas
y bien mantenidas avenidas, llaman la atención por la absoluta ausencia de
cables, semáforos, paso de peatones (para cruzar de un lado a otro sólo existen
pasajes subterráneos) lo que le da a esta súper poblada capital, un aspecto
contrastante con sus estrechas y enmarañadas calles adyacentes, lo que
evidentemente no puede pasar desapercibido y no dudamos en preguntar la razón
de esto.
La respuesta es natural para ellos. Las Coreas están técnicamente en estado
de guerra -aunque en tregua- desde 1954. Y las avenidas en pleno Seúl, pueden
ser convertidas en minutos en perfectas pistas de aterrizaje y despegue para
desplegar el poderío aéreo tanto de Corea del Sur, como de su mayor aliado, los
Estados Unidos. Vivir en esa tensa calma por más de sesenta años, habla de la
paciencia y nervios controlados de los pueblos asiáticos. Los ejercicios de simulacros
ante un inminente ataque y la organización para la inmediata respuesta de la
población ante una alarma que sonaría en cada rincón del país, es tomada muy
seriamente y es una costumbre arraigada que pasa ya por su tercera generación.
Corea del Sur es lo que se dio en llamar uno de los Tigres de Asia, cuyo
ingreso per cápita está hoy alrededor de los 30.000 U$. contra los 1.600 U$ de sus
pobres disciplinados hermanos comunistas del Norte acostumbrados a marchar
uniformados, portar armas y a comer casi nada. La ciudad fronteriza de Corea
del Norte, es un inmenso escenario teatral, montado para que los fisgones del Sur
"se crean" la bonanza y maravilla de vida que tienen bajo el régimen
comunista..
El actual líder al mando del poder absoluto, hace dudar al mundo pues no
sabe hasta dónde estará hablando más o menos en serio en el entendido que no
son los generales los que lo asesoran, sino, que serían más bien ellos los que
estarían dudando de la verdadera dimensión del liderazgo del joven e inexperto
enfermo de egolatría quien aparentemente, no logra el alcance de su padre y
predecesor, que si logró hacer un impecable trabajo de lavado de cerebro a su
pueblo.
Crear la imagen casi divina que logró
Kim Jong Il no parece estar al alcance de su vástago. Éste no tiene la
habilidad de convencer a todos que en el momento su nacimiento, en pleno
invierno, brotó el verano súbitamente y el campo se llenó de flores e
increíbles arcoíris surcaron los cielos.
O que el saco que usa es la tendencia de moda en los salones del mundo
entero o que él fue el inventor de la hamburguesa (aunque a ellos les llegue
dos pedazos de pan con carne de rata al medio) lo que lo hace el líder más famoso
y amado del mundo entero cuyo cumpleaños es celebrado con increíbles fiestas a
lo largo y ancho del orbe.
Tampoco es el más grande consumidor del más caro de los coñacs de Hennessy,
el que le costaba al régimen entre 600 y
850 mil dólares anuales, gran habilidad considerando que los mortales comunes,
percibían alrededor de 1.000 dólares anuales.
Es una amenaza real para el mundo que su inmadurez e inseguridad haga que
eventualmente esto no quede en sólo bravuconadas. Con los antecedentes de la
extraordinaria capacidad de alelar al pueblo por parte de su padre, no sería
extraño que por emular, lleve nomás a cabo sus juegos de guerra como el modo de
asegurar su liderazgo y su trono en los cielos de Corea del Norte.
Karen Arauz
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