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lunes, 14 de marzo de 2011

aplausos para los chambones. mientras el pueblo los aplaza Arce y Sacha sacan aplausos de los levantamanos. analista independiente en El Dia

"Para algo debemos ser buenos. No puede ser que en todo seamos tan chambones, como parece. En materia de producción y productividad no podemos negar que andamos haciendo aguas; tanto que no sabemos qué hacer; nos están inundando en pleno Carnaval; ni al dios Momo respetan. ¡Es  una barbaridad!”
 
En eso estaba, cuando recordé la inagotable creatividad de nuestros políticos. Como se sabe, por factores internos y externos nuestros ingenios, principalmente los azucareros, funcionan a medias, algunos ya ni funcionan;  pero el de los ministros y los “honorables” no hay más que ver en el día para convencerse de lo fecundos que son. No sólo son ingeniosos sino que ojalá no lo fueran. Pruebas al canto:
 
Cuando rondaba por el mundo la crisis financiera, hubo en el país cierta inquietud. Entonces salió al paso el ministro de Economía y Finanzas, y dijo: “No hay nada que temer; la economía del país está blindada”. Nadie sospechó que sólo era un consuelo. La borrascosa tormenta se descargó en Navidad. Y pese al arrepentimiento presidencial, el mal se quedó en los mercados. 
 
A raíz de ello, y por el oscuro manejo de la economía y la deuda acumulada,  la oposición quiso interpelar al ministro mencionado. Y la bancada oficialista entendió que se le había convocado  para resaltar su figura ministerial; por eso lo aplaudieron clamorosamente. Funcionó el espíritu de cuerpo y la consigna: “Tonelada de lealtad por un gramo de inteligencia”. 
 
Otro suceso del “proceso de cambio” vino en seguida. Cayó en Panamá un narcogeneral de la policía boliviana; dicen que por venganza lo hizo la DEA. Para víctima Morales sigue siendo un referente ideal. En el momento de su detención, el Gral. Sanabria era jefe de inteligencia del Ministerio de gobierno; por tanto, el funcionario de más alta confianza del ministro. Al ser interrogado, Sacha respondió con inocencia: “no sabíamos”. Cuál es de más culpa, ¿el desconocer o el aparecer como cómplice? Optó por el primero, pero que no le redime de culpa. Por eso querían censurarlo. Sin embargo, los aplausos de la masa cerraron abruptamente el show plurinacional.
 
Y aunque usted no lo crea, lo que sigue es verdad:
 
En su intento de censurar, la oposición se quedó nuevamente con un palmo de narices. ¿Es que no se van a convencer nunca?  Con el “proceso de Cambio” muchas cosas han cambiado. “Compañero Linera, su sindicato está funcionando muy bien; muy contento”, dijo Morales al observar la agilidad en el procesamiento de leyes.  Fijaos bien, ya no es legislativo; es sindicato.
 
Tampoco había que olvidar que se halla vigente el “decreto” cuya resolución en su artículo único dice: “Ministro no censurado será cambiado; ministro censurado seguirá siendo ministro”. Por lo que la censura es pues más provechosa que perjudicial. Hacer mala letra es bueno. Hacerla buena es malo. Esas son las reglas del juego. 

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