El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro chino, Wen Jiabao, han dado "un paso adelante" para cerrar un acuerdo en la Cumbre de Copenhague tras reunirse durante una hora después de su intervención en el plenario.
"Tuvieron un debate constructivo que tocó todos los temas clave", ha desvelado la Casa Blanca a los periodistas, que ha detallado que ahora los negociadores de ambos países trabajarán de forma bilateral y con el resto de países para poner negro sobre blanco un acuerdo en las próximas horas.
Este encuentro se consideraba en buena medida la clave de la jornada, ya que Estados Unidos y China son los principales emisores de CO2 y durante las dos semanas que ha durado la cumbre han mantenido un tenso tira y afloja para cerrar un acuerdo.
Obama se presenta sin nuevos compromisos
Antes, Obama ya se había comprometido a "actua y no a hablar" para lograr un acuerdo, aunque sea "imperfecto", ya que sería "un paso significativo" sobre el que construir un pacto más amplio.
De esta forma ha resumido ante el plenario de la Cumbre de Copenhague el estado en que se encuentran las negociaciones para la reducción de emisiones, que deben cerrarse hoy mismo sin que haya un compromiso concreto por parte de los países desarrollados.
De hecho, no ha traído nuevos compromisos. "Confío en que Estados Unidos podrá cumplir los compromisos que ha adoptado: reducir sus emisiones en un 17% para 2020 y más de un 80% para 2050 en la línea de la legislación".
Esta es la línea base sobre la que se moverá Estados Unidos, que ha dejado clara su postura: "Podemos abrazar este acuerdo, tomar un paso significativo hacia adelante y continuar refinandolo y construir sobre estos elementos fundacionales".
Obama llegaba esta mañana a Copenhague para darle un nuevo impulso a las negociaciones, aunque los elementos clave de su discurso ya fueron adelantados el pasado jueves por la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton.
El presidente de EE.UU. sólo permanecerá en la capital danesa durante un día y su visita es esperada como un último impulso para desatascar unas negociaciones en las que Washington y Pekín mantienen posturas enfrentadas.
China podría aumentar sus objetivos
El razonamiento básico de Estados Unidos es que contribuirá a la financiación del impacto del cambio climático en un fondo global de 100.000 millones de dólares a partir de 2020 -sin concretar la cifra ni la fuente de ese dinero- pero a cambio de que China, el principal emisor mundial, aporte "transparencia" en su reducción de emisiones.
"Solo participaremos en esa cantidad si forma parte de un acuerdo más amplio, financiación, mitigación y transparencia", ha advertido Obama.
"No hay tiempo que perder, América ya ha hecho su elección", ha advertido el líder estadounidense.
Antes, el primer ministro chino, Wen Jiabao subrayaba el compromiso de su país contra el calentamiento global y anunciaba que incluso "podrá exceder" su compromiso de reducir su incremento de emisiones por unidad del PIB entre un 40 y un 45%.
"Honraremos al mundo con nuestra acción", decía Wen, que ha subrayado que, sea cual sea el resultado de las negociaciones, seguirán comprometidos en la reducción de sus emisiones.
La UE ve "tensión"
Se espera que la entrevista entre Obama y Wen pueda desbloquear el diálogo entre las dos potencias, uno de los principales lastres de la cumbre, para que la cita danesa arroje un nuevo acuerdo que pueda convertirse en un tratado vinculante en la cumbre climática de 2010, que se celebrará en México.
El tercer actor de estas negociaciones, la Unión Europea, ya ha señalado a China como el obstáculo final del acuerdo al negarse a aceptar ser controlada en sus emisiones por un organismo que monitorice las emisiones a nivel mundial.
"Europa es completamente unida, una gran parte de África está de acuerdo completamente con nosotros y Estados Unidos está muy cercano a nuestra posición", ha resumido el presidente francés, Nicolás Sarkozy, que ha reconocido que "hay mucha tensión pero las cosas se están moviendo un poco".
Además de China, el otro país que pone problemas es la India, que puede incrementar de manera sustancial sus emisiones en las próximas décadas. De hecho, ya ha asegurado que sería mejor postergar un acuerdo a 2010.
Con todo, otras potencias emergentes sí están poniendo esfuerzo sobre la mesa, como Brasil que, a pesar de ser un país en desarrollo, ya ha anunciado que contribuirá a los mecanismos de financiación contra el calentamiento global si se logra un acuerdo.
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