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jueves, 17 de enero de 2013

introduce El Deber elemento valioso al debate sobre la sagrada libertad de pensamiento. y el MAS se dogmatiza. no tolera que ningún militante piense diferente del "jefe" y que la sumisión "llunkerío" deba ser total so pena de expulsión. principio del fin cuando ello es "sine qua non" para integrar "el instrumento"


Un profundo debate se está dando en el país a raíz de la determinación del presidente Evo Morales de prohibir a sus colaboradores ponerse en actitud de librepensadores. Algo que se interpretó en un principio como una broma del presidente, cuando hizo aquella recomendación a los embajadores bolivianos, se ha consolidado como política oficial. La última víctima de esta doctrina es la diputada cochabambina Rebeca Delgado, que cometió el desliz de sugerir que las investigaciones sobre el caso de la banda de extorsionadores lleguen hasta sus verdaderos orígenes. En un caso pocas veces visto en la política boliviana, el presidente Morales se dio por aludido y dijo que los opositores y “algunos diputados que sirven a la derecha y al imperialismo” querían involucrarlo a él mismo en el caso. Esta revelación no tuvo seguimiento periodístico, así como las alusiones que hizo el presidente de que la investigación propuesta por estos ‘enemigos del proceso de cambio’ buscaba entorpecer el caso ‘terrorismo’. La investigación ha sido paralizada en seco y ahora son castigados quienes proponen que se descubra a los responsables, “caiga quien caiga”, como había sido la instrucción del propio presidente.
Delgado ha sido castigada por el presidente, que interfirió en las reuniones de la bancada de diputados de Cochabamba para evitar que ella sea relecta en el cargo de presidenta de la cámara baja. Se sospecha que ella tenía apoyo y que podía ser relegida si es que Evo no usaba su influencia para vetarla. Ella ha dicho ahora que quienes elaboraron la Constitución Política del Estado olvidaron incluir el principio de ‘ama llunku’ (no seas servil). De esa manera surge una bandera de quienes cuestionan la prohibición de pensar que propicia el presidente Morales para sus seguidores. El debate es muy rico. Están los masistas que se han dado por aludidos, ya que por exclusión se entiende que quienes gozan de la confianza del presidente son serviles.
En el fondo, esto pone en cuestión la libertad de pensamiento. Cuando se ven tantos intentos por frenar la libertad de prensa, ya sea con leyes o con compras millonarias de medios, la causa de la libertad de pensamiento es una bandera que ha levantado la diputada Delgado y que podría gozar de la simpatía de muchos bolivianos. Prohibir el pensamiento es algo que se habían propuesto regímenes oscurantistas o corrientes eclesiales como la inquisición. Miles de ciudadanos han ofrendado sus vidas en la lucha por la libertad de pensamiento

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