Lydia con mayúscula: "Como ocurre con los grandes, el momento estelar de Lydia fue el de su caída. Con todos los honores. Sin arriar banderas.
Propinándoles una bofetada en el alma, si la tenían, a los traidores. La mujer inerme que cayó rodeada de una escasa docena de sus leales ministros, sembró temor entre sus adversarios que para vencerla movilizaron a perversos escuadrones paramilitares a los que los uniformados de la conjura les abrían puertas y dejaban pasar. Es que su solo nombre era sinónimo de lucha y defensa intransigente de los ideales democráticos y populares. Lydia con mayúscula y lydia con minúscula. Desde su jornada inicial en el gremio de los bancarios hasta el de su partida final rodeada del respecto, el afecto y el reconocimiento de los bolivianos. Fue la suya una larga existencia pródiga en la conquista de altas metas.
La muerte de Lydia Gueiler, no por esperada debido a su avanzada edad y los males que la aquejaban, es menos dolorosa. Pero las personas como ella nunca mueren del todo. Pasan a la posteridad por las anchas puertas de la historia. Historia que, en su caso, la tuvo por constructora en los talleres del sindicato, la calle, el parlamento y la presidencia de la república." (el autor O. Peña fue Ministro de Información de Lydia Gueiller)
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