‘No’ al poder total
Editorial de El Día de S.C.
El 6 de diciembre del año pasado, el MAS consiguió el poder total del aparato estatal, lo que entre otras cosas, le ha permitido al presidente Morales nada menos que nombrar a dedo a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y declarar él mismo “delincuentes” a sus enemigos políticos a los que tiene planeado sentarles la mano a partir de este lunes.
Pero ese poder total que se materializó con un 64 por ciento de votación necesitaba de todas maneras consolidarse en el territorio nacional con la toma de las gobernaciones y alcaldías más importantes del país. El MAS no sólo ha fracasado en este intento, pues la mayoría de las regiones opositoras y municipios más grandes se mantienen en las mismas manos, sino que acaba de recibir un duro golpe en aquellos lugares que eran considerados incondicionales del oficialismo.
El más duro revés sin duda alguna ha sido la derrota de la candidata del MAS en la sede de Gobierno, donde el Presidente apostó toda su artillería electoral con el fin de humillar a su ex aliado Juan del Granado y demostrarle lo difícil que puede tornarse la vida de alguien que tiene la osadía de enfrentar al caudillo. A la victoria de Luis Revilla en la alcaldía paceña se le suma el triunfo de la opositora Rossío Pimentel en el municipio de Oruro y las pobres votaciones en el departamento de La Paz, en la ciudad de El Alto y el escaso margen logrado en la comuna cochabambina. René Joaquino arrasó en Potosí y la oposición se consolida en Sucre, lo que le deja al MAS un poder incluso más fragmentado que antes del 4 de abril.
A partir de las elecciones de ayer, el MAS tenía planeado dividir a los bolivianos en dos partes, para colocar en una misma bolsa a los “delincuentes”, a los “corruptos”, a los “separatistas”, a los “enemigos”, “terroristas” y “conspiradores” para comenzar a sentarles la mano. El presidente Morales había anunciado que sólo se llevaría bien con aquellas regiones y municipios que lo favorezcan con el voto, seguramente pensando que le iría mejor, mejor dicho, que iba a repetir la “goleada” de hace unos meses.
Si cumple con su amenaza, el presidente Morales no sólo está obligado a tomar represalias contra Santa Cruz, con Beni, con Sucre, Cobija y Tarija, sino arremeter también contra los paceños, más de la mitad de los alteños, los potosinos, orureños y tantos otros lugares que le han dado un gran mensaje de equilibrio, de búsqueda de contrapesos, de la necesidad de ponerle freno al autoritarismo, de limitar el poder sin medida ni control que ha estado acumulando el MAS.
En definitiva, los datos de ayer demuestran que la gran mayoría de los bolivianos se inclina por la democracia y rechaza la conducta política del MAS que busca imponerse a la fuerza y con dudosas maniobras, como ha terminado de hacerlo en Pando. Paradójicamente, mientras los pandinos finalmente terminan derrotados por la fuerza del chantaje gubernamental, surgen en todo el territorio brotes de resistencia que le dan mucho más significación a la lucha por recuperar la democracia y el estado de derecho. Son momentos en los que el MAS debe repensar sus métodos y sus estrategias.
El MAS pretendía ampliar su poder y desplegarlo en las regiones y municipios. La gente optó por reclamarle más democracia.
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