Cuando el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció hace once años que «vamos al mar de la felicidad de Cuba», nadie se lo creyó. Y cuando dijo hace tres años que «Cuba y Venezuela es una sola nación con dos presidentes», nadie se lo tomó en serio. Pero ahora que se materializan sus anuncios, con la llegada del polémico «héroe» de la revolución Ramiro Valdés, sus adversarios lo rechazan.
Consideran que los cubanos buscan «apuntalar a Chávez en el poder», vista la merma que ha sufrido su popularidad de cara a las legislativas del próximo septiembre. Mientras que para la dictadura cubana, Venezuela es la «tabla de salvación». Pero la mayoría de los venezolanos dicen lo contrario: en los sondeos, el 75% rechazan el régimen comunista cubano.
Consideran que los cubanos buscan «apuntalar a Chávez en el poder», vista la merma que ha sufrido su popularidad de cara a las legislativas del próximo septiembre. Mientras que para la dictadura cubana, Venezuela es la «tabla de salvación». Pero la mayoría de los venezolanos dicen lo contrario: en los sondeos, el 75% rechazan el régimen comunista cubano.
La «cubanización» de Venezuela comenzó con el ascenso de Chávez al poder. Al principio fue de manera casi discreta, con la llegada de 30.000 agentes y médicos cubanos para ocuparse de la seguridad presidencial e impulsar la denominada «misión Barrio Adentro», el programa sanitario que le ayudó a ganar su reelección en 2007.
En áreas estratégicas
En el año 2000 se firmó el convenio petrolero mediante el cual Venezuela envía a la isla 90.000 barriles diarios para pagar la factura de los asesores cubanos, que penetran en todas las áreas estratégicas, como la Fuerza Armada Nacional, la oficina de Identificación y Extranjería, las notarías y registros, la banca, la Policía, la educación, la agricultura y ahora la electricidad.
La cifra habría aumentado a casi 100.000 cubanos. Para el vicealmirante retirado Iván Carratú son «milicianos combatientes disfrazados algunos de médicos, profesores y técnicos, pero todos hacen tareas de inteligencia». La periodista Berenice Gómez aseguró a ABC que la mayoría son «agentes del G2 infiltrados en las instituciones, que ahora van a estar bajo el mando del comandante Valdés».
Edmundo García, un jubilado del barrio el Viñedo de Barcelona (noreste de Venezuela), dijo a ABC que cuando va al ambulatorio, el médico cubano le pregunta primero dónde compra los alimentos y por quién vota, antes de preguntarle por su salud; lo que confirma que también hacen labores de Inteligencia en los sectores populares.
Chávez se ha visto con el agua al cuello por la crisis energética, los cortes de agua y luz, la devaluación de la moneda, las protestas de la oposición -especialmente de los estudiantes- por el cierre de Radio Caracas Televisión Internacional (RCTVI), cuyas manifestaciones contribuyeron a derrotarlo en el referéndum de 2008.
«Estupideces burguesas»
Para defenderse de las críticas que ha generado el nombramiento de Valdés, el presidente Chávez aseguró: «La locura de esta burguesía, sus medios y sus portavoces dicen que esto es traición a la patria, injerencia del imperio fidelista en Venezuela. Estupideces. Eso es cooperación». Incluso calificó de «fascistas» a los estudiantes que esta semana protestaron contra la penetración cubana y la celebración de los 18 años de la intentona golpista de Chávez. Los jóvenes se vistieron con camisetas rojas y levantaron los brazos al estilo hitleriano.
En sus denuncias, Carratú señaló a ABC que Chávez le está abriendo las puertas a la expansión cubana en Iberoamérica. «Venezuela es la cabeza de playa para el desembarco fidelista. Con dinero venezolano se está financiando la desestabilización del continente desde Río Bravo a la Patagonia». «Estoy preocupado -añadió-, es muy grave lo que está ocurriendo. Valdés va a dirigir la represión con los milicianos cubanos, porque los militares venezolanos no están en capacidad de intervenir, y Chávez ha desarmado a la Policía de las alcaldías y gobernaciones opositoras. Podría correr mucha sangre y tenemos que evitarlo».
Enrique Márquez, miembro del partido opositor Un Nuevo Tiempo, indicó a Reuters que «Valdés sólo ha gobernado Cuba con represión ... Jamás ha dirigido cuestiones de ingeniería eléctrica».
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