Países en desarrollo reunidos en la cumbre del G77+China, que concluye este domingo en Santa Cruz (este), trazan una nueva hoja de ruta para un orden mundial más justo y reclaman que la ONU mantenga como prioridad mundial la meta de erradicar el hambre y la pobreza para 2030.
La declaración del mayor bloque de países dentro de las Naciones Unidas hace referencia a los nuevos compromisos contra la desigualdad en el mundo, el desarrollo con protección del medio ambiente y la soberanía de los recursos naturales, entre otros puntos, que fueron leídos y puestos a consideración de los miembros del grupo.
El documento hace un llamado a reformar ampliamente el Consejo de Seguridad, y reclama que la lucha contra la pobreza debe seguir siendo el objetivo central de la agenda para el desarrollo después de 2015, cuando deben alcanzarse los Objetivos del Milenio fijados por la ONU.
El G77+China pide que se fije como meta que la pobreza sea erradicada hacia el año 2030.
"Estamos trabajando para formular una agenda universal de desarrollo sostenible para después de 2015 y el vigor y liderazgo del Grupo de los 77 y China resultan esenciales", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante el cónclave.
La cita internacional celebra los 50 años del nacimiento de este bloque de 133 naciones en desarrollo, que se inició en 1964 con 77 países que buscaban un mayor equilibrio Norte-Sur.
Además de las naciones latinoamericanas, buena parte de los miembros del G77 son países africanos que viven el drama del hambre y la extrema pobreza.
"Tenemos que dejar de lado las diferencias, buscar la unidad y la cooperación que son el único camino para desarrollarnos", dijo el vicepresidente de la Asamblea Popular de China (Legislativo), Chen Zhu, que representó al país ante la ausencia del presidente Xi Jinping.
China llega a esta cumbre en el marco de su política de expansión comercial y de acercamiento a América Latina, que ingresa en una "nueva etapa", según el gobierno de Pekín.
La potencia asiática apuesta fuerte por los países latinoamericanos desde 2005, y en los últimos ocho años destinó un total de más de 100.000 millones de dólares en inversiones en la región, según registros de organismos regionales.
- Contra el Consejo de Seguridad
El presidente de Bolivia, Evo Morales, en la presidencia pro témpore del G77 este año, propuso la futura eliminación del Consejo de Seguridad de la ONU como una de las medidas para generar un "nuevo orden mundial" sin jerarquías de países.
"Tiene que desaparecer el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, porque en vez de asegurar la paz entre las naciones ha promovido la guerra y las invasiones de potencias imperiales para apoderarse de los recursos naturales de los países invadidos", señaló.
El presidente de Uruguay, José Mujica y la presidenta argentina, Cristina Kichner, coincidieron en sus discursos ante el plenario en la necesidad de generar un sistema internacional con mayor igualdad.
"Un nuevo orden mundial para vivir mejor tiene que abordar un nuevo sistema para todos los países", dijo Kirchner y señaló que un sistema unilateral no es conveniente para la seguridad del mundo como lo demuestra el resurgimiento de la crisis en Irak.
Casi dos tercios de las naciones del mundo acuden a la reunión en la que participan unos 30 presidentes y jefes de gobierno y más de 100 delegaciones de países.
Bolivia, el país de mayor atraso y pobreza en Sudamérica, realiza por primera vez en su historia una cumbre internacional de gran magnitud.
"Somos más de 133 países hermanos, buscando formas accesibles para el buen vivir en la tierra, buscando un mismo futuro, un mismo destino", dijo el presidente peruano, Ollanta Humala, al llegar a Bolivia.
- Ausencias de Dilma y Bachelet
A la convocatoria no asistieron la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, la mandataria chilena, Michelle Bachelet --cuyo gobierno actualmente mantiene tensas relaciones con Bolivia por el diferendo marítimo que La Paz llevó a La Haya--, ni Juan Manuel Santos, quien compite este domingo por su reelección en la segunda vuelta de los comicios presidenciales en Colombia.
Entre los mandatarios africanos que llegaron a Bolivia está el cuestionado presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, de 90 años y con más de tres décadas en el poder. Mugabe pidió en un breve discurso "que sean levantadas las sanciones contra Zimbabue" impuestas contra su régimen por denuncias de atentar contra las libertades y derechos humanos.
Antes de la cumbre, el gobierno boliviano organizó el sábado un multitudinario encuentro de movimientos sociales e indígenas en un estadio colmado con unas 30.000 personas.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y sus pares Evo Morales, Raúl Castro (Cuba) y Rafael Correa (Ecuador), entre otros representantes de gobiernos, participaron junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de ese encuentro masivo, que significó además un apoyo explícito al mandatario venezolano que afronta una grave crisis social y política y amplias protestas opositoras.
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