Hoy El Alto celebra su XXIX Aniversario de creación y lo hará, como ya es tradición, en diversos actos en los que se podrán apreciar a su esforzada, pujante y orgullosa población.
El crecimiento de esta ciudad y su desarrollo muestran un fenómeno no común en urbes creadas al impulso de masivas migraciones que sólo con el correr del tiempo se fueron instalando en la zona rompiendo récords de crecimiento y expandiéndose sin límite alguno.
Sin embargo, El Alto muestra también disfunciones que si no son atendidas con la debida precaución y con una visión de futuro pueden convertirse en obstáculos para su modernización, justa distribución y ejercicio democrático del poder. Hay un predominio, por ejemplo, del corporativismo que convierte en pequeños dictadores a dirigentes (sobre todo vecinales) que abusan y súper explotan a una población exigiendo lealtades y dinero. Esto, además, en ausencia de atención institucional por parte del poder central (y que no es inocente sino que responde a tener seguras las solidaridades políticas). Ambos fenómenos retrasan el impulso y la consolidación de una cultura urbana democrática de pleno respeto al bien común.
Pese a este contexto que se explica también por su vertiginoso crecimiento, lo cierto es que El Alto ya no es una ciudad del futuro sino del presente y dependerá de la forma en que sus elites puedan garantizar la consolidación de un sistema institucional, participativo, democrático y respetuoso del bien común, su pleno desarrollo. Ese el reto que tienen los alteños, hombres y mujeres, que sabrán enfrentarlo con éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario