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sábado, 30 de junio de 2012

magros resultados alcanzó el motín policial. se podría decir que miserables, los 100 por mes, y raciones de azúcar y arroz. es que está tan pobre el Tesoro que tiene que pagar en especias? dónde la cacareada "bonanza"?

La nerviosa negociación que se produjo entre el Gobierno y los líderes de la protesta policial vino a mostrar al país el lamentable estado de los recursos del Tesoro General de la Nación, cuando el Gobierno habla de sus grandes logros en economía.
Que los policías tuvieran que aceptar que se les pague en harina o azúcar, en lugar de recibir en efectivo, desnudó la realidad de las finanzas públicas cuando, paradójicamente, los ingresos por exportaciones se han multiplicado por cinco y la deuda pública se ha disparado.
Los representantes de los policías estaban extrañados de que el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce Catacora, que difunde frecuentes mensajes de propaganda sobre la gestión económica, se apareciera sin ofertas para las exigencias salariales.
tanta marcha y contramarcha y recibir migajas?

Un Gobierno que habla de miles de millones de dólares logrados, únicamente gracias a que los precios de las materias primas se dispararon, y que ha asumido volúmenes de deuda pública jamás vistos en la historia, podría haber llevado ofertas dignas de su propaganda.
La negociación se produjo cuando una estadística difundida por Unasur reveló que Bolivia es uno de los países que más recursos destina a la seguridad, lo que vino a despertar la sospecha de que esos recursos no llegan a la Policía, sino solamente a las Fuerzas Armadas.
Cuando el país está invadido por mafias internacionales, como lo dijo la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, en la reunión de Tiquipaya, los mayores esfuerzos –y recursos– del Estado deberían estar dirigidos a reforzar a la Policía, pensando en la seguridad ciudadana.
Pero las tristes escenas de la negociación entre Gobierno y policías desvelaron que las preferencias del gasto en el rubro seguridad no están dirigidas precisamente a crear condiciones para mejorar las garantías para la seguridad de la ciudadanía.
Después de este espectáculo en que los policías debieron aceptar que se les pague en mercadería cuando ellos esperaban que se les nivelara los salarios con los miembros de las FFAA, quedan muchas dudas en el país.
Esto obliga a las autoridades del área económica a dar una buena explicación al país sobre el estado de las finanzas públicas. Se sabe que el gasto público se ha disparado mucho más alto que los ingresos provocados por los altos precios de las materias primas de exportación. 
¿Cuántos son los nuevos empleados públicos que componen las abultadas planillas? ¿Con qué criterio se priorizan las asignaciones del gasto público? ¿No sería conveniente poner en primer lugar las urgencias de la seguridad interna?
¿Cuando se acaben las bolsas de harina y azúcar, cómo se les pagará a los policías? ¿Se ha pensado en otros productos? ¿Quizá acudir a los bienes incautados por la aduana? ¿A qué otros empleados públicos se les pagará en especie?
Aparte de toda la propaganda sobre la situación económica, propaganda que ha sido desmentida por la miserable negociación con la Policía, sería conveniente que el Gobierno hiciera una exposición sincera, sobre todo ahora que hay negros nubarrones de crisis del otro lado de las fronteras.

miércoles, 27 de junio de 2012

embuste. mentiras. manoseo de los hechos son armas innobles que usan el Jefe de Estado, el vice, su equipo de propaganda y distorsión de la verdad. El Deber. SC

Mientras bajo un clima de inflamadas tensiones se reinstalaban las negociaciones con representantes de unidades policiales amotinadas a lo largo y ancho del país en demanda de mejoras a sus salarios de hambre, el fantasma de un ‘golpe de Estado’ atribuido a “minúsculos grupos opositores de derecha y a algunos malos policías” parecía responder, por lo descabellado, a un elevado cuadro febril de altos funcionarios de Gobierno. A un repetido embuste oficial antes que a una correcta, cabal y serena interpretación de los hechos que evitara su distorsión avivando las llamas del conflicto, en vez de procurar su pronta y necesaria solución en medio de un creciente y general desasosiego. 
Sin un sólido sustento y sin provocar mayor sorpresa en los cada vez más amplios niveles ciudadanos conscientes de la realidad nacional, desde las principales esferas gubernamentales se ha hecho referencia a intentos golpistas y afanes desestabilizadores camuflados en la protesta policial. 
De acuerdo con las versiones manejadas por el vicepresidente Álvaro García Linera y coincidentes con las del propio jefe de Estado, los aparatos de Inteligencia estatal, tras intervenir comunicaciones de las centrales de radio de la Policía, habrían detectado un ‘plan’ para eliminar al ministro de Gobierno y provocar enfrentamientos con los “plomos” de las Fuerzas Armadas. Según García Linera, se trata de la puesta en marcha de una ‘segunda etapa’ del cacareado ‘proceso golpista’. Habrá que imaginar que una primera intentona desestabilizadora del Gobierno de Evo Morales se desveló con el enigmático caso Rózsa impulsando unos supuestos afanes terroristas y separatistas. O de repente en aquel frustrado ‘magnicidio’ en Santa Cruz de la Sierra, atribuido a dos jóvenes cazadores armados de una vieja carabina reconstruida.
Entretanto, ha quedado sin explicación oficial la  intensa convocatoria pública, a través de los medios de comunicación del Gobierno, a los ‘movimientos sociales’ para salir a las calles en defensa del ‘proceso de cambio’ y la existencia de armamento diverso y municiones en un vehículo particular estacionado en el patio de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), al momento de ocurrir la toma de ese edificio por los subalternos amotinados en la ciudad de La Paz.
Es de esperar que cuando bajen las aguas del conflicto policial que, desde sus orígenes, fue minimizado desaprensivamente por el Gobierno, la ciudadanía reciba también, sin demora y en detalle, las explicaciones sobre las denuncias propaladas acerca de la “gestación de la segunda fase de un proceso golpista” en el país, incluyendo la identificación plena de sus responsables que, de acuerdo con la suma hecha por el vicepresidente del Estado, bien contados, no suman más de media docena… Le hará mucho bien a la manoseada democracia boliviana saber quiénes y por qué, irresponsablemente, están jugando con fuego.

lunes, 25 de junio de 2012

meditado artículo de Erick Fajardo desde el exilio hace ver que el MAS se está jugando los descuentos porque tanta mentira y embuste ya no convence a nadie y la verdad está siendo desnudada en varios frente a la vez

Los neo-populismos fundamentalistas de corte mesiánico, esos que tomaron el poder en varios empobrecidos estados en Oriente Medio y Latinoamérica durante el periodo terminal del neoliberalismo, suelen caracterizarse por exhibir una virulencia simbólica proporcional a su ciclo de debilitamiento fáctico. En términos sencillos, las autocracias pseudosocialistas, similares a las de Bolivia o Venezuela, muerden más fuerte conforme más desgastadas están. 


La concesión de asilo al senador Roger Pinto por Brasil, las expresiones de Naciones Unidas sobre el deterioro de la justicia en Bolivia, la demanda del Parlamento húngaro por la liberación de Elod Toaso y la denuncia del congresista estadounidense Chris Smith por la prolongada reclusión, sin sentencia, de Jacob Ostreicher, exponen una crisis de derechos humanos a la que el Gobierno ha decidido responder apostando a ser coherente con su propia mitomanía. Se terminaron los días de la “complicidad orgánica” de organismos y socialismos vecinos, cuando los Mattarollo, los Caputo y los Stein llegaban a Bolivia a maquillar los atropellos a los derechos humanos y la manipulación de procesos electorales. El hedor de la represión estatal, los vínculos de autoridades de Gobierno en narcotráfico y el manoseo judicial es tal que ni los estados socialistas lo pueden ignorar más. Por eso Evo Morales y Álvaro García Linera decidieron que es tarde para recular. Su opción de principio por la aniquilación de la oposición, la anulación de la separación de poderes y su grosera centralización del poder han ido muy lejos para permitirles echarse atrás. Sólo queda seguir mintiendo, persistir en el error, pues es tarde y costoso abrazar la verdad. Admitir el reclamo de Hungría sobre Toaso implicaría aceptar que hubo ejecución donde siempre sostuvieron que hubo tiroteo con terroristas; asumir el asilo a Pinto sería aceptar que opera un aparato de judicialización de la oposición donde siempre sostuvieron que hay una justicia independiente. Por eso, en lugar de salvoconducto para Pinto, se dicta la detención de otro opositor; y de ahí que en lugar de acceder al reclamo de Hungría, se le demanda a su Parlamento “disculpas” por un “intento de magnicidio” urdido para justificar la masacre del hotel Las Américas. Las leyes de la Madre Tierra y de castigo a narco-funcionarios, igual que la “nacionalización” de Colquiri o la detención del político y ex militar Alvin Anaya, son alardes simbólicos de una consistencia política que el régimen perdió por completo; es la reafirmación por la negación de un sentido común que se universaliza sobre la ausencia de derechos humanos en Bolivia. Es persistir en la impostura discursiva de la defensa de la naturaleza frente a la subversión del mundo indígena; maquillar con leyes huecas la imagen de “incorruptibilidad” de un régimen salpicado por el narcotráfico; querer validar la legitimidad jurídica de la persecución política encerrando más opositores, precisamente cuando la comunidad internacional más reprocha esa práctica. El Gobierno de Morales ha cruzado el punto de no retorno. Las masacres de Cochabamba, Sucre y Porvenir, el siniestro operativo del hotel Las Américas y la creciente certeza de que impera un narco-régimen en Bolivia hacen impensable una salida del poder sin consecuencias penales por delitos de lesa humanidad. Podrán disfrazar su agonía estructural debajo del brutal alarde interno de fuerza y la elocuente demagogia en los foros internacionales, pero el MAS juega ya los descuentos. *Analista político y ex asesor del Órgano Legislativo.

Fuente: eju.tv - Tan agónicos cual virulentos
http://eju.tv/?p=216954

domingo, 24 de junio de 2012

Agustín Echalar compara Motín Policial 2003, 2012 y muestra las diferencias. loable enseñanza para tomar en cuenta


El motín de la Policía me hizo recuerdo a las luctuosas jornadas de febrero del 2003. Sin embargo, en aquella oportunidad las condiciones eran totalmente diferentes, el país estaba con total iliquidez, y eso ante todo porque los precios de las materias primas no habían subido todavía, el presidente de entonces había enviado al congreso un proyecto de ley de creación de un impuesto al salario, que afectaba a quienes ganaban más de dos salarios mínimos,  algo que no afectaba a la inmensa mayoría de los policías, que al igual que ahora tenían sueldos inferiores a esa franja. 
Hace nueve años y medio, la protesta de los policías era tirada de los pelos, y ciertamente tenía un tinte desestabilizador, (fue a fin de cuentas, el ensayo general de lo que sucedió en octubre), porque insisto, el impuesto a los salarios sólo afectaba a los rangos superiores.  Tenía, sin embargo, una base absolutamente legítima, los policías tenían derecho de estar molestos, porque ganaban muy poco dinero, al igual que hoy. 
 Ante todo gracias a los altos precios de las materias primas, en Bolivia se habla de guarismos inimaginables hace 10 años, exportaciones por más de 9.000  millones de dólares, reservas por más de  12.000 millones de dólares. Y un bienestar económico, (fundado además en un narcotráfico creciente y en los cientos de millones de dólares gracias a las remesas).   Bolivia está viviendo un auge económico muy importante. Este auge tiene, como se sabe, un corolario problemático, a pesar de que la brecha entre el campo y la ciudad ha disminuido,  la brecha entre ricos y pobres ha aumentado,  también ha aumentado la criminalidad, de hecho uno de los problemas más serios es el de la inseguridad ciudadana.
Esta inseguridad ciudadana tiene como pilares, lo que hemos mencionado arriba, y una Policía que no funciona, un ente corrompido hasta el tuétano, que nos ha regalado un penoso espectáculo a lo largo de estos años.  No es que antes la Policía fuera mejor, pero el actual régimen, precisamente por viejo, por estar en el séptimo año de su gobierno, ya no puede recurrir a culpar al pasado. De hecho si se ha cambiado todo, ¿por qué no se pudo hacer algo para cambiar una institución tan importante?  Una reforma de la Policía, pasa por una mejora sustancial de los salarios, no es que buenos salarios garanticen corrección y eficiencia, pero malos salarios  garantizan corrupción e ineficiencia. 
Los sucesos de la semana pasada han puesto además en evidencia a parte de las imposturas del Gobierno. La inflación es más grande de lo que ellos quieren reconocer, y  curiosamente en un Gobierno que se tilda de socialista, los empresarios la tienen mejor (a excepción de aquellos a los que el Gobierno o las cooperativas despojan), y los asalariados la tienen peor.
Hoy los asalariados están peor de lo que hubieran estado con el impuesto de Goni.
Los Policías y sus mujeres tienen todo el derecho de estar descontentos, sobre todo porque supuestamente ahora estamos en Jauja, pero por supuesto que no tienen derecho a  cometer actos vandálicos  y criminales,  y éstos han empañado su protesta.
Queda una última pregunta: ¿Por qué el Gobierno dejó que las cosas llegaran a esto? ¿Insensibilidad, o simple ineficiencia? 

uniformados atacando sus propios cuarteles. la marcha Novena. senador cautivo. parlamentarios en la ONU. políticos en huelga de hambre. corrupción y dinamitazos. cuadro inédito que presenta El Dia, SC

Un país amotinado

Como en febrero de 2003, el año que marcó el fin de estabilidad democrática en el país, otra vez la Policía está amotinada. De la misma forma que aquella vez, el motín policial no ha llegado solo y los hechos demuestran que la situación podría deteriorarse, tal como ocurrió hace nueve años, cuando ocho meses después, Gonzalo Sánchez de Lozada se veía obligado a dejar el país en medio de un cuadro de violencia y descontento generalizado.

La protesta policial, que ha llegado a límites nunca vistos, con uniformados atacando sus propias guarniciones y sacando a patadas a sus superiores, no es un hecho aislado. Se produce cuando está por llegar a la sede de Gobierno la marcha de los pueblos indígenas que tratan de proteger el Tipnis de las ambiciones desmedidas de las nuevas élites nacionales; surge cuando un senador se mantiene cautivo de los caprichos de las autoridades, que se niegan a aceptar el asilo político que Brasil le ha concedido; estalla cuando hay tres parlamentarios haciendo una vigilia en una oficina de la ONU, cuando hay varios presos políticos que hacen huelga en la cárcel de San Pedro, cuando hay cocaleros bloqueando caminos, cuando grupos de mineros se atacan a dinamitazos, cuando acaban de asesinar a otra concejal en el Beni, cuando hay fuertes denuncias de sobreprecio en la empresa Papelbol que se suma a otros hechos de corrupción, cuando el presidente Morales confirma sus intenciones de lanzarse a una relección ilegal. El motín policial llega en el momento de mayor hastío de la población frente a los abusos cometidos por un régimen que ha desilusionado por completo a las grandes mayorías que le dieron su apoyo para cambiar el país, pero de otra forma.

Para colmo de males, el amotinamiento de los policías bolivianos se inicia casi al mismo tiempo que el proceso de destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo, lo que no deja de ser un mal presagio para la estabilidad democrática continental, especialmente para los líderes populistas, cuya imagen y discurso se han desgastado de manera abrumadora.

El descontento de los policías de base se ha estrellado contra uno de los fenómenos más claros y perversos del proceso de cambio, es decir, contra el desbarajuste que ha perpetrado en las instituciones claves del Estado, como es la Policía en este caso y que de igual manera se ha producido en la Justicia, en las Fuerzas Armadas, el Ministerio Público y todo el sistema normativo, donde se ha impuesto el manoseo y la manipulación de los grupos que manejan el poder con intenciones de consolidar un cuerpo monolítico, sin control y con ambiciones de perpetuación.

Aunque la reacción de los policías parece coyuntural y “salarialista”, como lo fue en el 2003, surge como el grito más desesperado ante la conmoción moral que invade el país por el avance del narcotráfico y toda una serie de actividades ilegales que son promovidas por los grandes actores del régimen que no parecen darse cuenta de que están conduciendo al país a la destrucción espiritual y material.

Este gigantesco motín es la mejor expresión de la profunda vocación democrática de la población boliviana, que ha sido nuevamente burlada. Es sencillamente una demostración que le hacen al Gobierno de que todo tiene un límite.

El descontento de los policías de base se ha estrellado contra uno de los fenómenos más claros del proceso de cambio, es decir, contra el desbarajuste que ha perpetrado en las instituciones claves del Estado, como es la Policía en este caso y que de igual manera se ha producido en la Justicia, en las Fuerzas Armadas, el Ministerio Público y todo el sistema normativo.

viernes, 22 de junio de 2012

salió Romero bastante tarde "ofrecemos dos mil a cada policía" no son funcionarios públicos, son servidores del Estado. los convocó a dialogar aunque las protestas no paran y el motín está extendido. saldrá el Ejército?

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, expresó la voluntad del Órgano Ejecutivo de lograr, mediante un acuerdo concertado con los representantes de los policías amotinados, un incremento de 2.000 bolivianos para poner fin al conflicto y se permita normalizar los servicios de seguridad ciudadana en todo el territorio nacional.

Pese al anuncio del Ministro de Gobierno las protestas continúan y el motín se ha extendido en todo el país.

En conferencia de prensa, la autoridad, quien reapareció tras 24 horas de ausencia, se limitó a comunicar la predisposición del Gobierno de solucionar esta crisis institucional, por lo que optó por no responder preguntas de diferentes medios de prensa que se dieron cita a Palacio Quemado, cuya puestas se mantiene cerradas desde las 13.00 del jueves pasado, cuando las esposas de policías tomaron la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP).

“En el marco del Decreto Supremo de nivelación salarial, el Gobierno ha previsto y lo hacemos ahora públicamente ante el conjunto del pueblo y a todas las unidades policiales desplegadas en el territorio nacional, que efectivamente nosotros queremos efectivizar la decisión de lograr estos ingresos que percibe la Policía Nacional por conceptos salariales que alcancen a los 2 mil bolivianos, de esa manera nuestra policía va continuar en este tratamiento especial que ha venido desarrollando el Gobierno Nacional”, manifestó Romero en conferencia de prensa.

La autoridad convocó a los representantes de los uniformados a entablar el diálogo con el Ejecutivo, para ello ofreció las oficinas del Ministerio de Gobierno para reunirse, sin embargo los policías amotinados, liderados por Guadalupe Cárdenas y el suboficial Edgar Ramos, descartaron esta invitación y pidieron reunirse con el presidente Evo Morales en Palacio Quemado, quien retornó del Brasil tras su participación de la cumbre de Rio+20.

Romero dijo que los requerimientos de los uniformados, que se encuentran en el motín en varias dependencias verde olivo del país, está fuera de contexto. Señaló que los uniformados no son funcionarios públicos y no pueden ganar igual que ellos, pese a que el planteamiento de los policías es tener un salario al igual que los militares y no igual que los funcionarios públicos.

“La demanda se dirige a lograr una nivelación de la Policía con el del funcionariado público, los policías no son servidores públicos, tienen un uniforme, cumplen un rol y en tal medida son servidores públicos porque brindan seguridad”, manifestó Romero.

Romero lamentó que los uniformados hayan quemado papeles del Tribunal Disciplinario de la Policía y que muchos efectivos de bajo rango se encuentren amotinados, por lo que los invocó a atender el pedido de dialogo del Gobierno.

martes, 19 de junio de 2012

Agustín Echalar desde Página 7, se refiere a los esperpentos de Cusi, un magistraado gil que en realidad es un impostor vestido de magistrado con un disfraz lector de la coca para sus sentencias (sic)

Cusi traducido del quechua al castellano es alegre. El nombre fue dado a varios miembros de la realeza inca, el más famoso fue Tito Cusi, posiblemente el más importante de los incas de Vilcabamba. El nombre ha vuelto a resonar en estos días gracias a las “alegres” aseveraciones de un magistrado del Tribunal Constitucional que no sólo ha declarado que él recurre a la coca para dilucidar un caso, sino que nada menos que ante una comisión congresal ha defendido tal práctica con un desparpajo verdaderamente admirable. El magistrado en cuestión ha logrado que se hable de él. Si uno pregunta en la calle o en los cafés el nombre del presidente del Tribunal Constitucional, de seguro que nadie lo conoce, pero de Cusi han oído hablar todos. El hombre es un genio del marketing, lo ha demostrado también a partir de la vestimenta que usó, y que ya ha sido denunciada en su caso como un vulgar (pero efectivo) disfraz. En la cita que tuvo con la gente del parlamento, el señor Cusi ha dicho unas cuantas verdades, y es que desde el punto de vista plurinacional, pluricultural, y de respeto a los usos y costumbres ancestrales, en otras palabras, siguiendo a la Constitución, no existen motivos para reclamar el que él quiera preguntarle a la “sagrada” hoja de coca sobre la inocencia o la culpabilidad de alguien. Sí, así de absurda es la Constitución de la Glorieta, pero también ha salido con una serie de sandeces como que sólo “giles” muy especiales como él pueden leer en coca. La primera impresión que se tiene de Cusi es la de un personaje anecdótico, alguien además al que se pueden echar tallas, y es que con su estilo hasta podría ser visto como un agente encubierto del imperio, que está allí para hacer quedar mal al “proceso de cambio” ; pero el asunto no se lo puede tomar de una manera tan cusi, digo tan alegre, porque en realidad pone en evidencia lo absurdo, y lo irresponsable de una parte del proceso de cambio. Cualquier persona razonable sólo puede alegrarse por el empoderamiento de los indígenas a partir de la elección de Evo Morales como presidente de la república, la exclusión de las mayorías, a la que estábamos tan acostumbrados que nos parecía normal, tenía que terminar; pero la revalorización de sistemas arcaicos, sea de justicia, de administración territorial, de educación, o de salud, ha terminado produciendo esperpentos del calibre del magistrado Cusi, que aparentemente reniega de sus estudios, y cree que poderes sobrenaturales lo pueden orientar a la hora de hacer justicia. Pero el asunto tiene una arista peor. Cusi, abogado a fin de cuentas, es un individuo profundamente aculturado, lo cual no lo hace ni mejor ni peor que nadie; es más, lo hace uno más de la inmensa mayoría de los bolivianos que somos irremediablemente mestizos; posiblemente de la misma forma que asumió un traje con pretensiones autóctonas, pretende ahora un discurso en el que él en realidad no cree. En otras palabras, tenemos en un importante puesto de la administración de la justicia de nuestro país a un impostor. Página Siete – La Paz.

Fuente: eju.tv - Un gil muy especial
http://eju.tv/?p=215787

domingo, 17 de junio de 2012

los jóvenes historiadores del 52 a partir de Carlos Montenegro nos enseñaron a conocernos a nosotros mismos. es mucho lo que les debemos asegura Carlos Mesa en magistral artículo


Mucho, pero mucho le debe Bolivia a esa generación de historiadores del 52 que bajo las alas de la Revolución o a su pesar, nos enseñaron tanto sobre nosotros mismos
Entre las miradas posibles al proceso revolucionario de 1952 cuyos 60 años se han cumplido en 2012, está la de los historiadores del 52, aquellas figuras que contribuyeron a la historiografía boliviana de modo decisivo y que nos permitieron una lectura renovada de nuestro pasado.
No fue un historiador sino un político quien escribió un texto de quiebre que buscó poner en cuestión la óptica liberal encarnada por Arguedas. Carlos Montenegro ganó en 1942 un concurso convocado por la Municipalidad de La Paz sobre la historia del periodismo con un ensayo titulado Nacionalismo y Coloniaje. La obra trascendió los límites de lo propuesto y se convirtió en una historia de la República desde la hipótesis de que la verdadera antinomia que tensionó el poder y las corrientes dominantes era la de “Nación contra la Antinación”. La Nación más allá de la democracia liberal, la Nación desde la defensa de la producción e industria locales, la Nación desde el matrimonio real con la base social, la Nación desde el reconocimiento de los marginados.
La obra que marcó el inició de una reflexión teórica definida luego como “nacional revolucionaria”, no ejerció, sin embargo, un efecto inmediato sino de sedimentación en una pléyade de historiadores jóvenes que en la década de los 50 tenían entre 30 y 45 años. Los historiadores del 52 no fueron todos necesariamente militantes del MNR o del proceso, algunos de ellos lo sufrieron y se opusieron a éste, prisión y exilio incluidos…
Lo importante de su aporte fue algo más profundo que la pura ideología, fue el de trabajar la historia como una ciencia social, fue la valorización de los archivos y su preservación, fue la lógica de trabajar sobre fuentes primarias, la de corroborar lo que se decía con datos concretos y demostrables, fue la de contrastar fuentes y apelar a documentos originales, fue descubrir que un testamento, un libro de contabilidad, un diario, una correspondencia, unas leyes o decretos, eran un tesoro del que se podía extraer la vitalidad de quienes los hicieron y reconstruir el mundo en que esos documentos fueron escritos.
Esta generación rompió el cerco de los Andes y redescubrió las otras partes del país, el oriente, el norte y el sur; amplió el horizonte de un pasado que se había constreñido a las alturas. Los jóvenes historiadores de entonces demostraron que no era verdad aquello de que “la esclavitud no tiene historia”. El periodo colonial (bastante más largo que el republicano) emergió como un espacio gigantesco y fascinante en el que el arte, la creación humana, la explotación, la sangre, la violencia, la tensión permanente –la paradoja, en suma- podían explicarse a través de catalogación levantamiento y sobre todo comprensión desprejuiciada de los mecanismos que lo hicieron posible.
Desde la arqueología se dio el extraordinario salto que cerró buena parte de la brecha entre la especulación, la mitología del mundo prehispánico y los mecanismos científicos de datación, las excavaciones hechas con rigor y el tratamiento serio de los complejos arqueológicos que a la vuelta de unas décadas mostraron centenares de sitios que abrieron nuestros ojos a un pasado complejo, rico y diverso en las alturas y los llanos.
Comenzaron las investigaciones especializadas, se trabajó en profundidad momentos cruciales de nuestro pasado: las dos grandes guerras que sostuvimos, por ejemplo. Los historiadores del 52 saltaron la barrera de la historia de las élites y comenzaron a escribir historias fundamentales, la del movimiento obrero y la de los indígenas. Los viejos próceres de la Republica empezaron a codearse con líderes populares, dirigentes obreros y gremiales, grandes caciques, apoderados, líderes indios, luchadores que reivindicaron el lugar que les correspondía y les había sido negado.
Profundizaron el estudio de nuestras relaciones internacionales y bucearon en el mundo de las ideas y de la filosofía. Descubrieron las corrientes de pensamiento que influyeron en los procesos de la independencia. La sociología se convirtió en una disciplina complementaria importante, se aplicaron metodologías distintas al positivismo dominante del periodo liberal. Se desarrolló la historia política, se rompieron los diques y pudimos leer obras que reivindicaron lecturas marxistas, indianistas, o estructuralistas.
La historia dejó de ser el esfuerzo heroico de unos pocos que robaban tiempo a su trabajo principal, para transformarse en una tarea y una vocación de tiempo completo. Nació la primera facultad de historia del país en la Universidad Mayor de San Andrés, que ya para los años 60 del siglo XX estaba formando a nuevos historiadores, los que están en plena vigencia hoy.
Fue un momento de explosión que ha permitido al país contar con una nueva generación de historiadores que han profundizado en una larga lista de historias especializadas, que abarcan desde la historia cuantitativa, hasta la vida cotidiana, pasando por profundas relecturas de la construcción de nuestras identidades.
Mucho, pero mucho le debe Bolivia a esa generación de historiadores del 52 que bajo las alas de la Revolución o a su pesar, nos enseñaron tanto sobre nosotros mismos.

El autor fue Presidente de la República
http://carlosdmesa.com/ 

martes, 12 de junio de 2012

Carlos Mesa señala que primó en sus actitudes el respeto a los DDHH, y que la violación de éstos en el caso TIPNIS le están restando votos


“Yo creo  que hay varios elementos en torno a la figura del presidente Morales, es  evidente el desgaste de estos seis años de gobierno,  cometió errores, acciones contra los derechos humanos, contradicción de discurso con el problema del TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Secure), hay problemas de gestión improductiva a pesar del éxito macro económico, éstos entre otros elementos marcaran el rumbo político futuro del mandatario” dijo a radio Fides el Ex presidente de la República de Bolivia, Carlos Mesa a propósito de la publicación de la encuesta de IPSOS sobre popularidad del Presidente Evo Morales.

De acuerdo a la encuesta, el presidente Evo Morales, ganaría con un 33 % si hubiera elecciones de inmediato, mientras que su rival más próximo, el empresario Samuel Doria Medina, sumaría un 14  %. La encuesta fue publicada por matutinos nacionales,  realizada por la empresa Ipsos a 2.000 personas entre el 15 y el 25 de mayo.

Para Mesa, los datos de la encuesta muestran una caída evidente de la popularidad del Presidente Evo Morales, que sin embargo contrastan con su intención voto: “Morales no bajara del 30% de la intención de voto, si bien bajo su popularidad, esta desgastado, sigue siendo importante para el votante pues no perdería su preferencia del 30% del cupo votante, lo mismo que cualquier candidato opositor que también tiene la base del 30% de preferencia del electorado, recordemos las anteriores elecciones antes del triunfo de Evo Morales, Tuto (Jorge Quiroga Ramírez) alcanzo el  29% y Manfred Reyes Villa consiguió 28%, elemento que tendrá que tomar en cuenta cualquier candidato”.

Morales ganó su primera elección en diciembre del 2005 con un 54% del respaldo, fue reelegido en el mismo mes de 2009 con 64% y se anuncia la búsqueda de un tercer mandato para el período 2015-2020.

Carlos Mesa aparece en varias encuestas con un ligero respaldo del la gente como candidato presidencial, para el ex Presidente responde a la gestión que realizo a la cabeza de la presidencia tras la salida de Gonzalo Sánchez de Lozada en Octubre del 2003.

“El 6 de junio presenté mi renuncia, el 9 de junio se posesionaba al Presidente Eduardo Rodríguez Veltze y el viernes 10 de junio en la mañana dejaba el palacio de Gobierno con la conciencia tranquila. No quería quedarme como presidente a costa de sangre y vidas de mis compatriotas, hoy el tiempo y la distancia me da la real razón. Dejé la presidencia  por la consideración del respeto a los derechos humanos”.

“Si bien en las encuestas aparezco, no estoy en carrera política pero la gente me recuerda por algunos elementos importantes por ejemplo me dejaron un  déficit del 8.1% y lo bajé 6 puntos. Dejé la agenda que después desarrolló Evo Morales, la constituyente, el proceso autonómico y la nacionalización de los hidrocarburos que surgió en el referéndum que lo planteamos en mi gobierno” según Carlos Mesa.

Mesa confiesa que quien pisó en su vida la política es muy difícil decir que nunca volverá: “hay una cosa muy clara, cuando uno entra en política es absurdo decir que nunca más volverá a la política, siempre eres una potencialidad”.

Por Beatriz Cahuasa con material de Mario Espinoza

viernes, 8 de junio de 2012

registro el texto para la historia de la pluma de Estremadoiro, que de modo sabroso describe la A42OEA los escenarios y la conducta del MAS y su líder y su invitado Correa


Casi llegué a creer que estábamos en camino y se cumpliría la baladronada de que en 20 años de gobierno de Evo Morales llegaríamos al nivel del diamante neutral europeo. Parecía Suiza, tan limpia, plena de bandejas floridas y bien señalizada estaba la avenida en que transité el otro día, hasta que derivé a otra de basureros rebalsando, pavimento deteriorado, rayas despintadas y maleza descuidada. El contraste obedecía a que la vía impecable era una de carros raudos, sirenas aullando y policías relucientes, de los cancilleres asistentes a la Conferencia de la OEA, embellecida a rajatabla para la ocasión. Tampoco fue helvética la malcriadez de una chaparra, a la que hay que perdonar todo porque es de pollera, que al pie del avión hizo agachar a una espigada delegada canadiense, y le restregó mixtura en el peinado que tal vez costó horas acicalar. Quizá por esas curiosas costumbres no vino Hillary Clinton.
Basta releer titulares de días antes, durante, y días después de la IX Conferencia de la OEA, para constatar que el presente régimen es un Gobierno de apariencias.
Suave descanso en el agitado mar de revueltas sociales fue ir de la huelga de los médicos a las amenazas y alambradas que obstruían a los marchistas del Tipnis. Luego vino el vendaval de operativos contra las factorías de cocaína, convenientes para jaquear la imagen de narco-Estado del Gobierno. Apariencias. Preguntas en el tintero: ¿cuántos presos en las ofensivas contra el narcotráfico en vísperas de la conferencia de la OEA?; ¿cuántos cocaleros hay entre rejas por sembrar coca o fabricar cocaína en el Tipnis y otros parques y reservas naturales?; ¿cuántos afiliados a federaciones que preside Evo Morales hay convictos por colocar trampas caza-bobos en cocales ilegales?
Ni hablar del tira y afloja con Chile respecto a la demanda marítima boliviana. Daban pena esos marineritos de blanco, con su gorra pregonando una “Armada” que quizá tiene un par de lanchas artilladas, y centenares de navíos de altamar flameando la tricolor en sabe Dios qué trajines. Apariencias. Suficiente fue un lobby chileno de café y telefonazos, para desinflar la pretensión de replicar la declaración de 1979. El chileno mandamás de la OEA se lavó las manos al reafirmar la bilateralidad del entuerto marítimo —la posición mapochina— declarando que el organismo interamericano apoyaría cualquier arreglo entre nuestro país y su cancerbero. Bolivia retiró el tema. Apariencias. Quizá tuvo razón al tildarnos de cavernarios en el pasado, al ver la comparsa de chamanes y sacerdotisas, con buqué de coca y copal, inaugurando el evento en Tiquipaya; luego se sacarían los disfraces y revelarían atuendo de ropa usada yanqui. Apariencias. La única ridiculez que le faltó al canciller boliviano, fue proclamar que la OEA le robó la victoria diplomática al país, imitando al entrenador de la selección boliviana, quien acusó a los árbitros de robar el partido de fútbol que se perdió dos a cero ante Chile en La Paz.
Quizá para desviar la atención se puso en tapete el tema de la soberanía alimentaria, ejemplo de apariencias. ¿Puede hablar de autonomía nutricional un país de chatos de moteada faz por la desnutrición? Si en 1952 vivimos de regalos de mantequilla y queso gringos, ¿no es menos cierto que los donativos de la también gringa PL 480 hasta hace poco financiaban el desarrollo del agro? Hoy han sido reemplazados por compras de harina agorgojada y azúcar de segunda importada de Argentina; a ello se suma el contrabando de frutas chilenas regadas con agua del río Lauca y hortalizas peruanas quizá irrigadas por el desviado río Maule. A matuteros del altiplano, bagalleros de Yacuiba, contrabandistas de Santa Cruz, ¿les importa un bledo la apariencia de dignidad parloteada por el “Gobierno del cambio”?
Marear la perdiz fue la disyuntiva que Evo Morales propuso a la OEA: “muere al servicio del imperio o renace para servir a los pueblos de América”. Ni con el refuerzo del Presidente ecuatoriano, que secundó la refundación del organismo interamericano, se crearon olas de apoyo, salvo en los países de la ALBA, en los que quizá pesa mucho el petróleo venezolano subsidiado. Brasil sustenta su intención hegemónica, quizá apoyada por el mismo Estados Unidos, elefante cansado de ladridos de chihuahuas bolivarianos, teniendo peces más grandes que poner en la sartén. ¿Que se marchó la delegada estadounidense porque el blablá de Correa fue más largo que lo acordado en el protocolo? No, hombre. Se cansó de la cháchara de destruir para rehacer, cuando proposiciones moderadas hubiesen tenido mayor eco.
La arremetida del Presidente ecuatoriano contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la prensa, en realidad ataca la vigencia de los derechos humanos y la libertad de expresión. Claro, si uno y otra son atropellados en sus dominios. Basten presos sin juicio y exiliados bolivianos para muestra. ¿No fue la prensa la que apuntó a manejos sospechosos en Ecuador?
La transparencia se impone a las apariencias. Aunque intenten ponerle un poncho tarabuqueño a la corrupción, con apariencias que la propaganda insufla en pueblos tan inermes a la demagogia, como fueron los indígenas a la gripe traída por los europeos.
Tal se sospecha al constatar que Bolivia ha retrocedido 18 lugares en el ranking de Transparencia Internacional. En la compañía de Venezuela (la más corrupta), Nicaragua y Ecuador, ratones que siguen al Flautista de Sabaneta, Hugo Chávez.

lunes, 4 de junio de 2012

apretado resumen del discurso de Insulza ofrece HOY BOLIVIA para entender el pensamiento de la OEA claramente opuesto al aniquilamiento que propone Evo por el tema de DDHH que no le gusta al autoritario indígena aymara


El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, inauguró el domingo por la noche la 42 Asamblea General afirmando que ese foro multilateral sigue siendo indispensable para la región.
    Insulza abrió las sesiones del foro multilateral en la población de Tiquipaya donde la 42 Asamblea sesionará hasta el martes.
Insulza lee. Choque y Evo escuchan en Tiquipaya, Bolivia
    A su juicio, son muchos más los países que acuden a la OEA y afirmó que ese organismo internacional ha contribuido a resolver muchos diferendos y problemas entre los países en busca de una mayor integración.
    A su juicio es una "extraña paradoja" que mientras algunos hablan de terminar con la OEA o de superar la OEA, o de OEAs sin unos u otros países, "son cada vez más los que acuden a ella, sabiendo que aquí encontrarán siempre un espacio de diálogo, un lugar donde, aun cuando no se puedan resolver todas sus inquietudes, al menos ellas serán escuchadas y conocidas".
    "Por esas y otras razones la OEA continua siendo una institución indispensable, aunque se critican a veces con buenas razones nuestra limitaciones y errores", subrayó, aunque reconoció que no es la única organización multilateral para resolver esos temas.
    El Secretario General de la OEA consideró que, en ese sentido, América es un hemisferio de regiones donde los temas de integración económica se tratan mejor en CARICOM, en el SICA, en UNASUR, el MERCOSUR o la CAN.
    Aunque afirmó que la OEA, quiere convivir con todas esas instituciones o foros en pos de "nuestros valores comunes".
    "La OEA tiene espacios que son hemisféricos ya sea por su propia naturaleza o porque los hemos asumido como nuestra tarea desde hace mucho tiempo y tenemos ventajas comparativas indudables para cumplirlas", justificó.
    Por otra parte, dijo que son cuatro las tareas prioritarias de la OEA: la conservación, fortalecimiento, defensa y expansión de la democracia, principalmente sobre la base de los mandatos contenidos en la propia Carta de la OEA, en la Carta Democrática Interamericana, en la Convención Interamericana contra la Corrupción y en las múltiples resoluciones adoptadas sobre el tema, especialmente a partir de la década de los 80.
     También la defensa y promoción de los derechos humanos, principalmente sobre la base de los mandatos de la Convención Americana de Derechos Humanos, del Protocolo de San Salvador, la Convención sobre Violencia contra la Mujer, la Convención sobre la Discapacidad, de la Convención del Niño, además del fortalecimiento de la Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos, el seguimiento de la Convención de Belem y las actividades de la Secretaria en relación a todas las formas de discriminación hacia grupos vulnerables: poblaciones indígenas y afroamericanas, migrantes y discapacitados.
    Otro de los retos dijo que tiene que ver con la preservación de la paz y la seguridad en todo el hemisferio, principalmente sobre la base de los mandatos del Pacto de Bogotá sobre Solución Pacífica de Controversias y los acuerdos de la Conferencia de Seguridad Multidimensional de México de 2003.
    Además del desarrollo integral de todos los países miembros principalmente sobre la base de la propia Carta de la OEA y la Carta Social.
    "Creo que si nos concentramos efectivamente en estas cuatro áreas y reducimos o eliminamos, aunque sea a veces doloroso, las que no tienen que ver con el cumplimiento de esas funciones, es posible fortalecer mucho más nuestra acción. Espero que cuando realicemos nuestra Asamblea Extraordinaria en el próximo mes de Octubre para aprobar el presupuesto ya habremos alcanzado acuerdos sobre esto", sustentó.

sábado, 2 de junio de 2012

Karen Arauz se hace eco de la entrevista concedida por SEEM al gran diario El País en que incurre en severas contradicciones que no pueden pasarse por alto.


Varios medios locales acaban de reproducir -fragmentados- sobresalientes de la extensa entrevista concedida por  SE al periódico El País de Madrid. Leyéndolos, por esa extraña asociación de ideas, mi imaginación  fugó a la mítica gastronomía cochabambina. Decidí que si esas aseveraciones presidenciales  no se fragmentaran, equivaldrían a un "trancapecho" riesgoso de digerir sin tomar grandes bocanadas de aire y sendos tragos de agua.

Es indudable el  olfato político de Evo Morales y su innata inteligencia. Por lo que no queda más que acreditarle a su casi absoluta concentración del poder y los proverbiales grupos palaciegos que le limitan la comprensión de la realidad, la dicotomía frecuente en la línea de su pensamiento y consecuente expresión.

A la pregunta : Como están actualmente las relaciones de Bolivia con EEUU responde "mal pero tampoco quisiéramos que vayan bien". Pero a la pregunta en sentido de si no ve posible una relación normal responde: "mmmm, sería deseable". Vale decir ni. Lo que sucede es que ver en EEUU la madre de todos los males relacionados sobre todo con la temática coca -que es donde el Presidente tiene puesto el 99% de su sentimiento y de su compromiso- es lo que altera su objetividad.

Aseveró que la erradicación de mil hectáreas de coca de los Yungas paceños no tiene precedente y es una muestra muy clara del éxito del control de los cocales. Lo que quizás  ignora SE,  es que hasta los españoles se han informado que la coca de Yungas corresponde al cultivo tradicional para el masticado y usos medicinales. Pero le hizo gambeta a las hectáreas (que se exceden por varios miles) erradicadas en el trópico de Cochabamba cuya suelo produce una clase de coca amarga que es utilizada en casi su totalidad, a la fabricación de cocaína de la que no ingresa a Estados Unidos ni un solo kilo desde hace varios años. Otra es la historia si hablamos de Brasil o Argentina y el salto del Atlántico hasta Europa.

La supuesta "derecha" es otra muletilla que utiliza con demasiada frecuencia para justificar cualquier situación que escapa al control de los organismos del gobierno. Si se trata de marcha indígena, reivindicaciones sectoriales o la sola mención de la palabra "gasolinazo", apunta a la derecha -que cual fantasma esquivo a la vista del  resto de la ciudadanía- se materializa amenazante como factor de desestabilización.  La audiencia que pretenden los indígenas de la Novena Marcha  con el secretario general de la OEA para exponer sus puntos de vista en defensa de sus territorios originarios, es convenientemente etiquetada de una espúrea alianza con la derecha a fin de restarle la repercusión -que al menos en los medios -indudablemente originará.

Al ritmo cuatro por cuatro del Polaco Goyeneche, pide que no le hablen de la justicia. No parece dispuesto a admitir los grandes cuestionamientos que desvirtúan las elecciones judiciales propiciadas por su gobierno donde el mayoritario voto nulo no fue óbice para que se instalen en posiciones  fundamentales de la administración de justicia, a cuestionados ciudadanos cuya legitimidad es tan dudosa como la sabiduría que emana de la hoja de coca en la resolución de fallos en justicia.  Extrañamente, cual convidados de piedra, se excluyó a adherentes y simpatizantes del partido de gobierno que sí reunían los requisitos necesarios aunque posiblemente su grado de subordinación no era la deseada.

Nada se oye sobre la rampante corrupción, cuya muestra como botón es el obsceno sobreprecio  y oscuros manejos de Cartonbol y Papelbol, o sobre el inexistente mantenimiento de las carreteras cuyo deterioro cotidianamente se cobran decenas de vidas, o la inseguridad ciudadana que mata, que viola, que hiere y que está convirtiendo a poblaciones enteras, en enajenadas asesinas y en presencia de niños. A nadie parece  importarle que estas aberraciones estén siendo imperecederamente talladas en los cerebros infantiles con consecuencias futuras que no me atrevo siquiera a formular.
Si sólo se admitiera que existe inoperancia y falta de conocimientos en posiciones que requieren de cierta ciencia y experiencia obviando la soberbia inexplicable,  se podría otorgar una duda razonable que, pese a todo,  se hace examen de conciencia y que eventualmente llegaría la enmienda.

Un cambio de actitud disiparía en parte,  la sospecha que el gobierno tiene miedo real de perder el poder en las calles y que indefectiblemente le llegará la hora de presentar en limpio, el libro del debe y haber. El descontrol se ha notado en la total indiferencia ¬-aparente- con que han tomado las muy desfavorables últimas encuestas. La reacción a ellas era previsible.  

El síndrome de la avestruz es un recurso válido como muleta psicológica tanto como lo es formular anhelos de perpetuación por medio milenio.  Se equivoca quien piensa que el proyecto político va más allá del caudillismo de Evo Morales. Pero guarda con la tentación ya manifiesta de recurrir a la violencia, el autoritarismo y la supresión de las libertades, pues ello  convertiría la defección  de los "resentidos" como los califica, en la nueva mayoría nacional.