Sería oportuno y más que eso memorable que este año 2010 en que Cochabamba celebra los 200 años de existencia libertaria –acontecimiento cuya importancia debe concitar profundo orgullo, regocijo y sobre todo reflexión sobre ese largo transcurso vivencial de su gente y esperanza en el futuro – reflejarse en un gran libro testimonial de calidad como legado a las futuras generaciones. La obra recogería las diversas etapas de su desenvolvimiento histórico-sociológico-espiritual como material además de las múltiples facetas de su trayectoria citadina cultural como rural.
Sugerimos modestamente a las autoridades municipales, particularmente al novel Concejo Municipal, que el libro en cuestión abarcaría la verdadera crónica de Cochabamba, no sólo la última etapa colonial y la republicana sino como de su realidad de manera retrospectiva, prácticamente toda su historia independiente, la valiosa obra de sus escritores y periodistas, vida comunitaria, desarrollo integral en materia de educación, arte, industria, comercio, deporte, ecología, forma de vida de las comunidades indígenas, vale decir todo aquello importante que responda a la definición de sus valores y a lo más sensible de su ser regional, sin dejar a un lado lo relativo al progreso general, su impronta humana, en función de lo telúrico y sus contrastes climáticos, sus montañas, ríos, valles y trópico y la influencia que tienen en las funciones vitales de la vida colectiva.
El libro ha de resaltar principalmente los hechos heroicos de sus hombres y mujeres que a lo largo del tiempo permitieron forjar las ideas libertarias que contribuyeron a la independencia de la Patria Grande y su actual desarrollo cultural. Debiera plasmarse en el libro ideal que sugerimos la multifacética contribución de Cochabamba al país en todos los órdenes; su búsqueda incesante del sentido de orientación patriótica de su sociedad, sus anhelos más sublimes, sus acciones significativas y, en suma, la obra de los años en lo urbanístico, institucional, productivo, intelectual y el trabajo, es decir todas aquellas vivencias y transformaciones objetivas como espirituales, todo reproducido como en una película irresistible que recoja cronológicamente la memoria viva de este gran pueblo en todas sus manifestaciones, pues como dice el ex presidente de la Academia de Ciencias de Bolivia Muñoz Reyes: “Es bueno escribir una crónica de los hechos acaecidos en un pueblo y aunque es una labor difícil y a veces ingrata porque no siempre dicha crónica favorece a los personajes que en ella actúan, pero esta labor es necesaria; ya decía el padre de la Historia, Herodoto de Turios al iniciar su obra monumental: “Los hechos de los hombres no se deben olvidar con el paso del tiempo y que las grandes acciones llevadas a cabo por los pueblos no deben perder su esplendor”.
Esta iniciativa de publicar tal libro conmemorativo debiera estar, en su caso, a cargo de historiadores y profesionales nacionales que recopilen la esencial contribución histórica de Cochabamba al país como su progreso natural y los logros de todas las instituciones y epresas públicas y privadas durante ese largo periodo. No importaría que dicha crónica tarde para su edición uno o más años, pero debiera asumirse el desafío, tal vez con el aporte económico de todos quienes aman y veneran a su terruño. Con seguridad creemos que todas las Empresas pondrán a disposición su aporte histórico en el libro con autenticidad y brevedad aconsejable.
Finalmente: si acaso esta propuesta merece algún interés consideramos que el esquema temático, coordinación y formato estarían lógicamente a cargo de una gran comisión de reconocido prestigio con el encargo exclusivo de llevar a feliz término ese trabajo estimable, que, de concretarse, será el mejor reflejo del alma cochabambina con gratitud a su pasado, a su orgullo presente y a su conciencia de patria y esperanza por un futuro mejor con libertad y dignidad en el bicentenario de su grito libertario.
El autor es abogado, ex dirigente cívico
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