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viernes, 28 de mayo de 2010

es el fin de la democracia en Bolivia. ahora queda la rebelión. la desobediencia civil. la acción directa contra Evo y sus secuaces.

El final de la democracia

Editorial de El Día de Santa Cruz

Evo Morales ha anunciado todas sus guerras y las ha ganado todas. Dijo que no iba a trabajar con los gobernadores de la oposición y está muy cerca de conseguirlo. Y no es que los vaya a ignorar…los va a apartar del camino, como lo hizo con Leopoldo Fernández, pese a que éste había sido ratificado mediante el Referéndum Revocatorio. Al MAS las leyes le importan un soberano pepino y la voluntad popular le sirve sólo cuando le es favorable.
El departamento de Santa Cruz, en cuerpo y alma, podría convertirse en el próximo gran trofeo que va a colgar el MAS en su vitrina de logros políticos y posiblemente lo consiga sin la necesidad de recurrir a sus aguerridos y siempre listos movimientos sociales, aunque Fidel Surco ya ofreció las milicias del Conalcam como fuerzas de choque contra cualquier arrebato que pudiera surgir como rechazo a la famosa Ley de Transición de las autonomías. El vicepresidente García Linera alienta a los milicianos, los llama “defensores de la democracia”, mientras que ya no duda en tildar se “separatistas” a quienes se resisten al atropello.
Vencer al resto de la “Media Luna” será para el MAS superar el último obstáculo que le faltaba para desparramar el inmenso poder que consiguió en diciembre de 2009 por todo el territorio nacional. Es curioso que los medios españoles no se hubieran referido al proceso golpista que está llevando adelante Evo Morales en las regiones bolivianas, similar al que perpetró Hugo Chávez en Venezuela contra gobernadores y alcaldes que le dividieron el voto en las elecciones del 2008. Las bufonadas del presidente operan muy bien como fuegos de artificio para desviar la atención. Si Evo Morales termina dando la imagen d el Gaddafi o el Mugabe sudamericano, mejor para él.
Hay quienes están convencidos que la mejor respuesta para esta nueva arremetida gubernamental es la calle y de hecho hoy se producirá una manifestación de rechazo a la “ley serrucho”. Habría que meditar muy bien esta postura, ya que Santa Cruz no es el mejor contendor para enfrentarse a las décadas de experiencia que tienen encima los actuales conductores del régimen, pertrechados con un inmenso aparato judicial y represivo y carentes por completo de escrúpulos.
Santa Cruz ya tuvo mucha calle, cabildos y por supuesto, el inmenso apoyo popular que se ha ratificado en las urnas en siete ocasiones. Lo que ha faltado es continuidad, cultura política, partido, organización, objetivos claros. Lamentablemente también se han producido muchos errores, los mismos que no deberían repetirse, pues se corre el riesgo de acumular más estigmas.

“Después ¿qué?”, debió ser la pregunta planteada después de los cabildos, luego del referéndum que aprobó los estatutos con el 86% y también posterior al triunfo del 4 de abril. El balance indica que siguen pendientes muchas tareas, mientras que el MAS, pese a haber recibido un contundente golpe electoral, ha seguido trabajando rumbo al único objetivo que tiene al frente: consolidar el poder total, libre de los controles y equilibrios republicanos. La dictadura es prácticamente un hecho en Bolivia y la idea no es rendirse, pero enfrentarla sólo será posible si se mantiene la unidad, las convicciones y sobre todo, los objetivos claros en las mentes de los líderes.

Con el golpe a los gobernadores de la oposición, el MAS no podrá negar que está al frente de una dictadura. Es el fin de la democracia.

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