En julio del año pasado fue detenido en Brasil Antonio Jorge Gonçalves, conocido como “El Señor de las Armas”. La noticia tuvo repercusión internacional pues se trataba del mayor proveedor de armamento de las favelas de Río de Janeiro, a las que les llegó a entregar hasta 500 unidades en un año. Estamos hablando de ametralladoras pesadas, fusiles y pistolas que vendía entre 500 y 15 mil dólares. Este peligroso delincuente había extendido sus operaciones hacia los estados fronterizos con Bolivia, ya que se pudo evidenciar que uno de sus principales proveedores era el personal del Ejército Boliviano.
Hace unos días el prestigioso programa “Fantástico” de la poderosa red O Globo de Brasil, emitió un documental que mostró que es posible comprar armas en Bolivia con una facilidad sorprendente. La investigación se originó en el descubrimiento de una red de tráfico de armas en el interior de San Pablo que se proveía de material bélico desde Bolivia y Paraguay. La televisora movilizó un equipo de prensa hasta San Ignacio de Velasco, donde pudo grabar escenas de militares nacionales ofreciendo todo tipo de armas, desde ametralladoras Uzi, hasta pistolas con silenciador, cargadores y municiones.
En Brasil se han tomado en serio la guerra contra la delincuencia y el narcotráfico ya que se están preparando para dos citas internacionales que requieren de una limpieza sin precedentes. Nos referimos al Mundial de Fútbol del 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del 2016. Y en este contexto, Bolivia representa para las autoridades brasileñas una amenaza muy grande. No sólo estamos hablando de este mercado clandestino, con las Fuerzas Armadas bolivianas como protagonistas fundamentales, sino de la producción de droga, que ha crecido a niveles alarmantes en el país con fuertes repercusiones en el país vecino. Recientes reportes indican que más del 80 por ciento de la droga que se comercializa en Brasil proviene de Bolivia y en el Gobierno han afirmado que la agenda del gas ha sido superada por la del narcotráfico en las relaciones bilaterales.
Como si todo esto fuera una novedad sin mayor importancia, el ministro de Defensa de Bolivia, Walker San Miguel, calificó de “rumores” lo difundido por el programa “Fantástico” y afirmó que va a ordenar una investigación, no sin antes advertir que no hay que confiarse mucho en estas noticias, que "tienen, a veces, una intencionalidad de armar una agenda mediática". San Miguel dijo además que algunos medios "pueden armar las imágenes" con cierta intencionalidad, pero no presentan ninguna "versión confirmada". Ese es el nivel de la preocupación de las autoridades nacionales sobre un tema que seguramente seguirá dando mucho que hablar.
El Ejército Boliviano es un proveedor habitual de armas a los narcotraficantes brasileños. El Gobierno no parece preocupado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario