Conociendo al Gobierno masista, no le aguardamos muchos años de vida a la estatua de Cristóbal Colón en El Prado paceño ni a la de doña Isabel la Católica en la avenida Arce de la misma ciudad. Sobre todo el monumento a Colón, personaje a quien S.E. ya ha señalado como artífice del genocidio y del saqueo español en América y, por supuesto, en Bolivia. El trabajo perverso que unos pícaros han hecho en la mente basta de algunos personajes ha sido tan perfecto que se ha llegado a provocar odio contra todo lo que vino desde España, Europa entera, para no hablar de Estados Unidos.
Contra uno de los hombres más ilustres y grandes de su siglo, contra el gran almirante, que en un día grandioso descubriera América para el mundo, haciendo que se mezclaran razas y surgiera una nueva cultura, se están diciendo los absurdos más grandes, las acusaciones más canallescas que alguien pueda imaginar. Pero no todo queda en el repudio y el insulto, sino que se trasluce en acciones inconcebibles como es la destrucción de sus monumentos o su desplazamiento.
Son los líderes del socialismo del siglo XXI (ávidos lectores de Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano) quienes con mayor afán se empeñan en denigrar la imagen de Colón. Deben de creer tan imbéciles a sus conciudadanos, aquellos a quienes gobiernan como a borregos, que empezaron con una campaña de improperios contra lo que suponen el abanderado de los ‘colonizadores’, para después, a falta de argumentos que impacten en los ciudadanos, dar paso a los hechos mucho más contundentes.
Como no podía ser de otro modo, hace 10 años grupos de sujetos salvajes derribaron la estatua de Colón en Caracas con el propósito de remplazarla por la de un cacique. Y en Managua, para estar a la altura de Chávez, los sandinistas azuzaron a indios para que tiraran por los suelos el monumento del navegante. En Argentina, a instancias de S.E., el presidente de los bolivianos, se ha retirado la figura de Colón del tradicional sitio que ocupó durante décadas detrás de la Casa Rosada. ¿Por qué a instancias de S.E.? Pues porque como el Estado está tan rico, S.E. donó un millón de dólares a la ciudad de Buenos Aires para que en lugar de Colón ubiquen a doña Juana Azurduy.
Está claro –y anunciado– que Colón no permanecerá por mucho más tiempo en El Prado, porque ahí se erigirá, seguramente, a Túpac Katari. Y a doña Isabel la remplazarán por Bartolina Sisa, con lo que los paceños quedarán absortos y los plurinacionales, felices
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