Los “inamovibles de la derrota”


Carlos Valverde Bravo

Entre los que serán “premiados por sus servicios”, enviados a los desechables servicios exteriores bolivianos (embajadas o consulados), los que serán enviados a ‘reforzar’ las estructuras partidarias y los que no se mueven del gabinete para nada, hay una curiosa mirada que me permito compartir. Los más cercanos colaboradores del presidente, lo que se llama ‘círculo íntimo’, donde se debe incluir a García Linera, son, curiosamente, los que mal manejaron la crisis que generó la denuncia de tráfico de influencias, con Gabriela Zapata incluida, que antecedió y continuó luego del referéndum que le cerró la puerta a la re-elección a Morales. Voy a referirme a tres de siete de ellos. Creo que se coincidirá en que fueron ellos, entre otros, quienes más incurrieron en mentiras y falsedades, como parte de una estrategia ‘defensiva’ de cara al referéndum, que terminó haciendo daño al presidente.

Reymi Ferreira salió a decir que el niño sufría ‘bullying’ en el colegio, dando la señal de que nunca conversó con el presidente sobre el tema y que lo hizo de oficioso, dado que Morales aseguró, al día siguiente de la declaración de Ferreira, que el niño había muerto. Más adelante, el mismo Ferreira aseguró que “el presidente sabía desde enero que Zapata andaba por la administración pública usando el certificado de nacimiento” y el presidente aseguró que no sabía de la vida de Zapata cuando habló de la “cara conocida en el Carnaval”.

El vicepresidente fue más lejos, respondió a Jimena Antelo que “el presidente conoció a su hijo -por lo que él nos dijo-”, declaración que se convierte en la única referencia de contacto con el niño, y el presidente pidió: “Si el niño está vivo, quiero conocerlo”, comprometiendo al presidente en su mentira.

Marianela Paco dijo que el presidente vio a Zapata con barriguita (no le quiso tocar porque, aparentemente, eso era una falta de respeto) y Juan Ramón Quintana inventó aquello de ‘cártel de la mentira’, llegando a contratar a un publicista (quien hace un documental a pedido es un publicista y no periodista) para que haga un documental que no aportó absolutamente nada para mejorar la situación de Morales, que necesita mejorar la calidad de su Gobierno y su propia imagen personal.

Curiosamente, esos cercanos colaboradores, que mal manejaron la crisis, son quienes llevaron al presidente a la derrota en la única elección que no debió haber perdido, sobre todo si competía contra él mismo, situación que deja al ‘único líder’ en una posición incómoda, porque “los cercanos son los de la derrota” y los ‘lejanos’ son prescindibles que no han mostrado ser los asesores o acompañantes que la estrategia necesita.

Complicado momento. “Si los que saben no necesitan que les enseñen”, como dice Charly García en Confesiones de invierno, cómo serán los que no saben.