Teniendo presente que en un anterior artículo hicimos referencia que a nadie le interesó el que la Gobernación destinara más de medio millón de bolivianos para promocionar el “Dakar” y que dichos dineros fueron retirados nada menos que del “Programa de Ayuda Médica Destinado a Gente de Escasos Recursos” dependiente del Hospital Viedma, es lógico pensar en consecuencia en que a partir de ahora y por un buen tiempo les ofrecerán y proporcionarán con seguridad a los enfermos de escasos recursos económicos como la gran receta para la cura de todos sus males pastillas de Dakar.
Ya pasó el “Dakar” y ahora invito a muchos de nuestros lectores a que se pregunten cuánto le costó al Estado Boliviano las más de 130 operaciones aéreas realizadas para desplegar toda la parafernalia alrededor del “Dakar”, y en la que se utilizaron toda clase de medios aéreos desde aviones, helicópteros y avionetas, la cantidad de efectivos policiales y militares que fueron movilizados en ese cometido, el despliegue de un ejército de agentes de seguridad para el presidente Evo Morales. Saber cuánto costó poner estos servicios en funcionamiento sería de gran utilidad por cuanto estamos seguros que con esos dineros se hubieran resuelto muchas necesidades de mucha gente en todo el territorio nacional, desde atender demandas de mejor salud, mejor educación, así como otorgar y destinar recursos económicos para combatir a la inseguridad ciudadana en la que vivimos como resultado del alto índice de violencia y criminalidad que hoy azotan a nuestro país. Y es que este tipo de asignaciones y tareas que nosotros consideramos más importantes a realizar parecen no ser la vía ideal como para obtener más votos para el oficialismo gobernante.
Con lo que queda claro que la fórmula que el oficialismo gobernante ha escogido como el camino ideal para encontrar un apoyo masivo a su postulación presidencial, es la propaganda mediática hasta el punto de la saturación, tratando así de convertir las mentiras en grandes verdades, con lo que también queda demostrado que el aparato de propaganda oficial es bastante eficaz. Lo penoso de todo esto que comentamos es que después que ya se fuera el Dakar todo sigue como estaba antes: gente en las calles sin empleo, sin seguridad ciudadana, sin la debida cobertura de salud, con inseguridad jurídica, entre otros factores, por falta de recursos económicos, gente en completo desamparo debido a los desastres naturales; y a toda esta gente lo que le hace falta es precisamente recursos económicos para enfrentar en mejores condiciones las adversidades de la vida.
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