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viernes, 24 de julio de 2009

resulta que para dar pegas a los masistas se echa por la borda la carrera del servicio público y se crea "una escuela" para acomodar a su gente

Muere la carrera pública y nace el funcionario "descolonizado"por Zoe

La Escuela de Gestión Pública es otro engendro gubernamental para controlar de manera absoluta todos los mecanismos del Estado y para dar pegas a los masistas que cada vez se muestran más angurrientos.

imageUna de tantas concentraciones de funcionarios públicos y“organizaciones sociales” en apoyo a Evo Morales en plaza Murillo, con motivo de la promulgación de una Ley.

El gestor de esta iniciativa es el ex constituyente Raúl “Chato” Prada que cuenta con el entusiasta apoyo del vicepresidente Álvaro García Linera que en el último tiempo se está mostrando como el exponente de las posiciones más radicales dentro del partido gobernante y está enarbolando la consigna de “todo dentro del MAS y nada fuera de él”.

De acuerdo a la explicación de “Chato” Prada, la “escuela estaría dirigida a formar a los nuevos administradores del “Estado plurinacional” en los principios de la inclusión, la descolonización y la multiculturalidad. De esta forma, todos los servidores públicos deberán, por ejemplo, aprender un idioma originario, principalmente el aymara.

Hasta ahí todo parece ser muy inocente y hasta positivo en algunos aspectos, pero como con todo lo que hace el MAS, en este caso también debemos leer entre líneas para poder desvelar el verdadero y oscuro trasfondo de esta iniciativa. Ocurre que hasta la fecha el MAS no ha logrado copar la administración públicay no es por falta de deseos o por consideraciones éticas sino porque su militancia carece de cuadros medianamente preparados.

El MAS ha logrado copar, estrictamente por imposición política, los niveles superiores de la administración del Estado con los resultados que son conocidos por todos: un absoluta ineficiencia y, por sobre todo, una corrupción generalizada. Sin embargo no es esto lo que preocupa al partido gobernante.

Ocurre que si bien ha ubicado a sus militantes en amplios espacios de la administración pública, en realidad estos están, por su incapacidad, solo de adorno, por cuanto las labores administrativas siguen siendo cumplidas por los funcionarios antiguos lo cual dificulta la comisión de ciertas tropelías y conlleva el permanente peligro de que se filtre información inconveniente para el gobierno como ya ha ocurrido en alguna oportunidad. De ahí la necesidad del cambio y la formación de cuadros propios.

Para terminar de descalabrar la administración del Estado, primero se ha decidido eliminar al Sistema Nacional de Administración Pública (SNAP) lo que significa que aún el incipiente escalafón y la institucionalización que se estaba gestando en el sector, desaparecerá por completo y no se reconocerán los años de antigüedad ni los méritos para ascender en los cargos.

A partir de agosto ningún funcionario podrá sentirse medianamente seguro en su puesto y deberá vivir a salto de mata si es que no cumplen con los nuevos “requisitos” que serán impuestos por el oficialismo.

Con la “escuela” se “institucionalizará” un sistema “meritocrático” que ya está en marcha; es decir, el mérito principal será, en primer lugar, ser militante del MAS y ser incondicional al “proceso de cambio”. En segundo lugar el contar con algún aval otorgado a cambio de unos dólares, por un dirigente de alguna “organización social”.

Además, con la sana intención de asegurar el éxito del emprendimiento y la excelencia académica del proyecto gubernamental se colocará como docentes de este emérito centro de formación pública a Santos Ramírez y el clan Navía, a Jorge Alvarado, los “satucos” y otros tantos funcionarios públicos de probada honestidad. (De Palo Santo en www.ej.org)

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