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viernes, 25 de septiembre de 2015

El Deber lo pone en blanco y negro. la comunidad internacional (La ONU y su Tribunal de Justicia) reconoce un asunto pendiente en Chile y Bolivia y que ambas pueden comenzar a resolverlo en forma pacífica. el Gobierno de Chile será convocado al diálogo para de una buena vez encontrar una salida al conflicto 136 años viejo. queda un largo trecho, se ha ganado una batalla para encontrar una solución de convivencia entre ambos pueblos.


De forma contundente, la Corte Internacional de La Haya (CIJ) se ha pronunciado respecto de la demanda de incompetencia presentada por la República de Chile sobre la demanda marítima boliviana. Por 14 votos a 2, el máximo tribunal ha señalado que dicha instancia sí puede y debe pronunciarse sobre el reclamo boliviano para obligar al vecino país a iniciar una negociación de buena fe sobre un posible acceso soberano de Bolivia al océano Pacífico.

Más allá de la euforia natural que genera esta decisión, está claro que se trata de un triunfo diplomático histórico, pero que constituye apenas una batalla en una extensa contienda judicial que todavía se debe resolver ante dicha instancia de las Naciones Unidas.
Quizás el mayor logro objetivo de la demanda ante la CIJ es que el reclamo boliviano se ha instalado definitivamente ante un organismo internacional de resolución pacífica de las controversias, situación que no se había dado en más de 50 años de negociaciones. 

Esto quiere decir que, más allá de la resolución final del diferendo, la comunidad internacional reconoce que existe un asunto pendiente entre dos naciones y que ambas pueden comenzar a resolverlo ante una instancia judicial de forma pacífica. Con encomiable equilibrio, tanto el presidente Evo Morales como el representante boliviano ante La Haya, el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé, han remarcado el espíritu pacifista de la demanda boliviana e, incluso, han llamado al diálogo al Gobierno chileno para que, de una buena vez, se pueda encontrar una salida al conflicto bilateral que separa a ambas naciones desde hace 136 años después del inicio de la Guerra del Pacífico en 1879.

Es cierto que, en última instancia, en caso de ganar Bolivia el fondo de la demanda, la CIJ solo instará a las partes a negociar una solución sin expedirse sobre el resultado final que reclama nuestro país que es el acceso soberano al Pacífico. Pero el solo hecho de obligar a Chile a negociar una solución al diferendo marítimo puede resultar definitivamente provechoso para los legítimos intereses bolivianos de contar con una salida plena y efectiva al mar, que es lo que en última instancia aspira el pueblo boliviano.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se equivoca cuando dice que Bolivia no ha ganado nada. Para resolver los problemas internacionales no podemos pensar en resultados de suma cero. Algo tendrán que ceder ambas partes si quieren resolver de buena fe sus diferencias. Un largo trecho queda todavía en esta pelea ante la Corte de La Haya. Una primera batalla se ha ganado. No para destruir al adversario, sino para encontrar con él una solución que favorezca a la paz y a la buena convivencia entre ambos.

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