Narcotráfico
poder y corrupción
Mauricio
Aira
Lecturas de
grandes diarios vinculadas a Venezuela, al chavismo, al Ingeniero militar
Diosdado, provocan estremecimiento. Primero fue la sensación de incredulidad,
luego según salen detalles a la superficie, las denuncias adquieren cuerpo y se
concluye que sí, que bien pueden ser ciertas habida cuenta de nuestra propia,
dramática experiencia boliviana.
Cuando el
11 de mayo de 1981 Emilio Lanza alzó su rebeldía en contra del autoritario
Garcia Meza que algunas semanas después se vio obligado al abandono del Gran
Cuartel de Miraflores desde donde gobernó aquellos pocos meses subsiguientes al
17 de julio de 1980, y borrar de la historia su feroz promesa “de gobernar al
menos por 20 años”, Lanza encontró a Roberto Jordán Pando que le expresó.
”Coronel debe dar gracias a Dios que conserva la vida, porque usted no derrotó
sólo a Garcia Meza, usted se enfrentó a la mafia del narcotráfico, a su
estructura delictiva que se había encumbrado en el poder.
Jordán
Pando como otros líderes políticos de aquel momento había tomado plena
conciencia que el real soporte del tirano estaba en el narcotráfico entroncado
por desgracias en las Fuerzas Armadas, en la Policía, en los grupos de
paramilitares a cargo del “trabajo sucio represor y asesino” responsable de las
masacres de la COB y de Sopocachi. Es que en sólo 20 años los narcos habían
perforado la malla protectora del Estado y penetrado sus entrañas.
Quedó atrás
la historia del primer narco Luis Gonzáles Aguilera que difícilmente mereció
alguna nota mediática por sus denuncias de extorsión por el coronel Montes de
Oca, y la caída en prisión de chilenos, peruanos, alemanes, españoles, húngaros
y griegos que lograron “exportar la cocaína”, no obstante fue en los 60 que
cobró celebridad mundial y surgió la economía negra la década siguiente en que
aparece detenido en EEUU el primer narco boliviano Alfredo “Cutuchi” Gutierrez
vinculado a Hugo Bánzer en los 80. “Cutuchi” pagó una fianza de un millón de
dólares, en lugar de tres que había fijado el Juez. Roberto Gasser cobró relieve al ser detenido
con 9 millones de dólares. Gasser
regresó a Bolivia y el fiscal Sullivan (acusador del general Noriega raptado y
preso siendo Jefe del Estado de Panamá) le pidió disculpas, cuando declaraba
que su lucha había sido inútil por la complicidad de la DEA y de la CIA con
“poderosas mafias narcotraficantes”.
Grandes titulares surgen en otro episodio del cónsul boliviano en Miami,
Guillermo Bánzer Ojopi, primo hermano del militar. Varios otros civiles y militares
del entorno de Bánzer aparecen vinculados al poder y al narcotráfico.
Imposible ignorar
a Guillermo “Sacate” Justiniano que había estado al mando del “Cártel de
Mamoré” durante 20 años, altos jefes de la Naval fueron detenidos aunque la
sospecha de tener respaldo en el Palacio subsistió sin llegar a clarificarse.
Sendas publicaciones abonan la afirmación de haber existido vínculos del narco
con notables personajes de entonces.
Citamos al Instituto de Estudios
Politicos para America Latina y Africa con sede en Madrid y al Latin American
Bureau de Londres que en 1982 publicaron el irrebatible informe que circuló
traducido a varios idiomas.
Cuando sea
escrita la historia de la cocaína no podrán faltar las reminiscencias a Roberto
Suárez “el rey de la cocaína” célebre por su ofrecimiento de pagar la deuda
externa de Bolivia, émulo del legendario narco colombiano Escóbar, el episodio de Oliver North y Huanchaca, la
febril actividad de los narcos en el primer tiempo de Bánzer y Paz Zamora y el
segundo periodo con los lemas “Coca Cero” y “Erradicación Forzosa” y el
episodio del narcoavión detenido en Perú.
Tampoco se
podrá ignorar el 17 de julio de 1980 “sangriento cuartelazo con Arze Gómez y
García Meza al mando” además de Waldo Bernal y Alberto Sainz Klinski de la alta cúpula militar (Datos de Waldo
Peña en su Teoría y Práctica de la Corrupción) Al cabo de 10 meses fueron
derrocados por sus propios camaradas y el oprobio quedó como “El Narco Estado”
hasta llegar a Evo Morales que sacó a la DEA, rompió con Estados Unidos y “permitió
la proliferación de los sembradíos de hojas de coca” origen de la cocaína.
Morales informa a menudo de la destrucción de factorías aquí y allá y de la
detención de narcotraficantes, aunque no hay memoria de “peces gordos” que
estén tras las rejas.
Todos estos
antecedentes hacen aceptable las versiones del ABC de Madrid y del Wall Street
Journal de hallar responsable al presidente del Parlamento venezolano en
narcotráfico a gran escala con la participación de los productores de la
cocaína de Bolivia, Colombia y Perú. Todo abona, por desgracia de estarse
repitiendo la dramática experiencia boliviana en que se conjugan el poder, la
corrupción y el narcotráfico.
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