Hace 12 años y pico, EL DEBER publicó Evo, el protestante, comentario que escribí ante el furibundo rechazo del diputado y líder cocalero Evo Morales a una reunión de concordia nacional, convocada por el cardenal Julio Terrazas (+) y la Conferencia Episcopal de Bolivia. Hoy transcribo fragmentos del citado artículo:
“¿A quién se le ocurrió pensar que Evo es católico? Tarde nos dimos cuenta de que Evo es protestante. (…) El protestantismo de Evo no tiene nada que ver con Martín Lutero; nace de sus lecturas de la coca [//] Un buen día, Evo decidió practicar el libre examen de la Constitución Política del Estado, mediante bloqueos de caminos, manifestaciones callejeras y toma de ciudades. Así se fundó el MAS boliviano, que no es copia del MAS venezolano fundado en los años 70 por Teodoro Petkoff y otros disidentes del Partido Comunista Venezolano. [//] El MAS de Evo es un movimiento hacia el socialismo cuando el socialismo real ha caído con el Muro de Berlín y la Unión Soviética ya no existe (lo de China Popular no es socialismo, sino un modelo muy chino, mezcla de nacionalismo, militarismo, confucionismo y capitalismo de Estado)”.
“Evo es calvinista. (…) Como su maestro ginebrino, Evo sueña con imponerse por la fuerza y la amenaza, estigmatizando a políticos corruptos, ministros ladrones, jueces prevaricadores, aduaneros pícaros y empresarios voraces de la economía globalizada. Su sueño con olor a chamusquina se ha visto interrumpido por sus meditaciones en torno a la doctrina calvinista de la predestinación. Evo se cree predestinado a ser el Gran Refundador de Bolivia”. [//] Los votos que obtuvo el MAS en las elecciones de 2002 no fueron a favor de Evo, sino en contra de unas medidas económicas neoliberales impuestas por receta y como paliativo a la hiperinflación de los 80 y a la corrupción desatada e incontrolable en tiempo de dictaduras militares”.
“Ya quisiera ver a Evo de presidente de la República. Lo imagino en Palacio Quemado, rodeado de corruptos, hipócritas, adulones y sinvergüenzas; acosado por manifestaciones callejeras y bloqueos de caminos, y enfrentado a nuevos Evos que, siguiendo su mal ejemplo, le exigirán ‘pegas’, prebendas y privilegios (…) O quizá me equivoque y lo que Evo quiere es otra cosa” [EL DEBER, 19.09.2003].
Ahora, casi 13 años después, sabemos que Evo quería “otra cosa”. Madrid, 11.03.2016.
“¿A quién se le ocurrió pensar que Evo es católico? Tarde nos dimos cuenta de que Evo es protestante. (…) El protestantismo de Evo no tiene nada que ver con Martín Lutero; nace de sus lecturas de la coca [//] Un buen día, Evo decidió practicar el libre examen de la Constitución Política del Estado, mediante bloqueos de caminos, manifestaciones callejeras y toma de ciudades. Así se fundó el MAS boliviano, que no es copia del MAS venezolano fundado en los años 70 por Teodoro Petkoff y otros disidentes del Partido Comunista Venezolano. [//] El MAS de Evo es un movimiento hacia el socialismo cuando el socialismo real ha caído con el Muro de Berlín y la Unión Soviética ya no existe (lo de China Popular no es socialismo, sino un modelo muy chino, mezcla de nacionalismo, militarismo, confucionismo y capitalismo de Estado)”.
“Evo es calvinista. (…) Como su maestro ginebrino, Evo sueña con imponerse por la fuerza y la amenaza, estigmatizando a políticos corruptos, ministros ladrones, jueces prevaricadores, aduaneros pícaros y empresarios voraces de la economía globalizada. Su sueño con olor a chamusquina se ha visto interrumpido por sus meditaciones en torno a la doctrina calvinista de la predestinación. Evo se cree predestinado a ser el Gran Refundador de Bolivia”. [//] Los votos que obtuvo el MAS en las elecciones de 2002 no fueron a favor de Evo, sino en contra de unas medidas económicas neoliberales impuestas por receta y como paliativo a la hiperinflación de los 80 y a la corrupción desatada e incontrolable en tiempo de dictaduras militares”.
“Ya quisiera ver a Evo de presidente de la República. Lo imagino en Palacio Quemado, rodeado de corruptos, hipócritas, adulones y sinvergüenzas; acosado por manifestaciones callejeras y bloqueos de caminos, y enfrentado a nuevos Evos que, siguiendo su mal ejemplo, le exigirán ‘pegas’, prebendas y privilegios (…) O quizá me equivoque y lo que Evo quiere es otra cosa” [EL DEBER, 19.09.2003].
Ahora, casi 13 años después, sabemos que Evo quería “otra cosa”. Madrid, 11.03.2016.
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