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miércoles, 25 de abril de 2012

Carlos Valverde con una pasión admirable por la verdad, prosigue su tarea investigativa en el Caso Rosa. Salió su "Maten a Rozsa". El texto que sigue es de su autoría


A Rozsa lo mataron por 2 razones que en realidad son una sola: porque no cumplió lo que se le encargó y también porque sabía mucho y no era confiable.
El poder actúa así en cualquier país del mundo y en cualquier ideología donde la democracia y el Estado de Derecho son menoscabados por ese poder que se asume "iluminado y con derecho de hacer y deshacer" lo vimos en el pasado muy antiguo y en la primera mitad del siglo XX cuando los fascistas, los nazis y, antes el estalinismo Stalin dibujaron la historia oficial.
Hacer una historia oficial es negar la historia; Litto Nebbia, músico fundador del Los Gatos escribió una canción que se llama Quien quiera oír que oiga; en ella se escucha: "Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia" la verdadera historia soy rockero y soy periodista y de los que no se queda con la historia oficial, de ahí la importancia que le doy al periodismo de investigación específicamente aunque convengamos que develar y dar a conocer los hechos que ocurren en un país o en una ciudad es tarea y obligación del periodismo.
Yo formo parte de los periodistas que aseguran que periodismo es dar a conocer lo que el poder no quiere que se sepa. Simple pero contundente.
Consecuentemente, creo que siempre supe que toda la investigación que hice desde Sin Letra Chica y mostré en pantallas, en determinado momento tendría que ser esquematizada como un libro para ser puesta a consideración de la gente. No me desesperé por hacerlo, porque no me corren los tiempos sino que me mueve la búsqueda de la verdad.
Es difícil escribir un libro sobre un tema que hasta ahora da señales de ser aclarado como se debe; es más, creo que muy difícilmente sabremos la verdad histórica completa y que mientras el Gobierno esté en funciones, no habrá verdad jurídica porque la justicia boliviana está sometida por el poder político.
En efecto, será difícil llegar a la verdad o a una verdad general, más bien, porque desde el Gobierno se politizó la investigación para, desde mi punto de vista, esconder su responsabilidad en el caso desde el principio del mismo con la participación de algunos militantes y funcionarios en la confabulación y, en contrapartida, la oposición jamás se preocupó en apartar la paja del trigo, mostrando o señalando a quienes tenían, tuvieron y tienen que ver con la presencia de Eduardo Rozsa en Bolivia, de quienes son las verdaderas víctimas de la confabulación de un Gobierno que tenía como objetivo derrotar, política y militarmente a Santa Cruz, como señalara en más de una oportunidad el Vicepresidente García Linera y, de paso, a la llamada Media Luna que le oponía un frente muy fuerte hasta el mes de septiembre del año 2008.
El libro que pongo a sus consideraciones dejé de escribirlo en el mes de febrero. El mismo contiene el trabajo de recopilación de información realizado meticulosa y pacientemente a lo largo de casi 3 años; diría que desde que se ejecutó la orden de matar a Eduardo Rozsa Flores. Mucho de lo que se dice aquí se lo ha dicho ya. Algunas otras cosas no encontraban, entre tanta politización del tema, el momento de ser mostradas sin que quien las escriba, es decir, yo, sea señalado como parte del juego político, de manera que debieron esperar hasta que se asuma la responsabilidad de publicarlo, para que, quienes no quieren que se sepa lo que pasó, queden en evidencia.
No soy de los que escribe para “darle gusto a alguien”; nunca escribí por encargo ni pienso comenzar ahora, de manera que creo que a más de uno de los de acá no le va a agradar lo que aquí se lea y, seguramente habrá la tentación de colgarme el cartelito de "vendido al centralismo" o de "enemigo de lo cruceño"; supongo que es parte del riesgo.
Por supuesto que de parte del poder gubernamental no puedo esperar complacencia por lo escrito porque es a ellos a los que les endilgo la mayor parte y responsabilidad por lo ocurrido en el caso Rozsa sin embargo, no me interesa lo que digan unos y otros porque estoy convencido de que alguien debiera poderlos en evidencia.
Por eso, aun cuando hayan molestias de uno y otro lado, debo asegurar que lo que hago es honesto porque escribo lo que investigo y lo que creo debo escribir; a veces me demoro mucho porque nadie me corre y me tomo mi tiempo. Eso si, lo que queda en el libro, queda después de un proceso; después de haber contrastado la información desde varias miradas y desde diferentes fuentes, asumiendo el riesgo que entiendo tiene cualquier periodista de investigación, pero lo asumo desde el convencimiento que tengo de que de nada sirve ser un periodista informado si no se va a publicar lo que se sabe.
El cuándo publicar para no ser, reitero, visto como protagonista de los hechos ni de estar inclinado a cualquiera de las partes sino a favor de la verdad y, al mismo tiempo no dejar pasar mucho tiempo, es lo importante.
Aquí quiero detenerme un momento para hablar de mi con relación a este mi oficio porque creo que vale la pena hacerlo e interpelar como corresponde. Hace unos días en una entrevista de El Deber escribí "los dueños de los medios me sacaron del aire" y eso generó una serie de comentarios en las redes sociales que fueron entendidos como que yo me quedaba sin espacio en la televisión, cosa que no es así. Estoy y voy a seguir en el Cable.
Sin embargo quiero hacer una explicación con relación a este tema.
Tengo 12 años en la Radio y poco más de la mitad en televisión. En radio y Tv he logrado importantes premios, curiosamente más en Televisión que en radio. Tengo más de 10 premios BISA que hoy por hoy son los más importantes premios del periodismo nacional; los he ganado en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, todos los de TV, los gané en TV abierta, sólo el último fue en el cable.
Tengo también el premio Patujú de El Deber por mi trabajo como periodista y lo valoro grandemente porque ese premio, lo entregan los periodistas de esa casa periodística a diferencia de los BISA que los otorga el público después de la realización de encuestas.
Pero, y aquí viene la crítica, curiosamente, no estoy en TV de aire porque aun cuando los compañeros consideran bueno mi trabajo y el público me elige, soy incómodo para los dueños de los medios que no se arriesgan a tener un periodismo como el que yo hago porque los pone en situación incómoda con el poder; son las reglas del juego, las entiendo pero no lo acepto y no me rindo aunque no estoy dispuesto a transar con los poderes por estar en el aire, de manera que estoy donde se me da espacio, en Activa TV, de Cotas Cable que asume la libertad de prensa y de información como un derecho del televidente, haciendo abstracción de cualquier otra consideración.
Esto que digo puede sonar a queja y no es queja, es una crítica a quienes viven quejándose por debajo de su situación y aceptan lo que viven, ganados por sus intereses y el miedo, tal como ocurriera en los países donde la “historia oficial” fascista, nazi o estalinista dibujó lo que se debía decir y quién lo debía decir .
En fin, vuelvo al libro y les digo que son casi 10 meses de escribir de corrido y corregir, tras de más de casi 3 años de revisar papeles, mails, conversar con muchísima gente, cotejar información de medios y agencias noticiosas, además de leer libros, créanme que este tiempo valió la pena.
Creo que el trabajo salió bien y que logramos demostrar que el caso Rozsa tiene responsables en las 2 puntas del ovillo.
Seguramente seguiremos buscando; siempre lo más pesado se asienta en el fondo y el tiempo hace que las aguas se calmen. Claro, hoy todavía hay gente que sigue enturbiando el agua para que el fondo parezca más profundo.

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